Durante varios años, Carlos Núñez ha investigado las más de 200 melodías tradicionales irlandesas, escocesas y galesas, que fueron arregladas por Beethoven a principios del siglo XIX. Como fruto de esa investigación nace "Celtic Beethoven" el primer espectáculo que Carlos Núñez ofrece bajo el formato de demanda online.
Las circunstancias impuestas por la pandemia han animado al músico gallego a grabar este concierto en un formato innovador: un vídeo en el que registra diversas actuaciones en directo en las que interpreta las piezas de Beethoven. Además de por su banda, en el videoconcierto participan músicos y cantantes invitados, algunos de ellos vía online, como la violinista irlandesa Maria Ryan, la arpista bretona Bleuenn Le Friec, el norteamericano James Dahlgren o el cellista Millán Abeledo.
La grabación de estas piezas se realizó en espacios singulares de Galicia, como el Gran Hotel de La Toja; una vanguardista vivienda circular situada frente a las Cíes; el también vanguardista pabellón de los jardines del Pazo de Cea; o el Teatro Colón de A Coruña, que acoge un piano Steinway, considerado el mejor de Galicia.
El videoconcierto "Celtic Beethoven" pude ser visionado online hasta el 17 de abril. Para ello es preciso sacar una entrada a través de la web al precio de 10 euros.
El autor ha concedido una entrevista a Europa Press:
P: ¿Cuáles son las sensaciones que le provoca su primer lanzamiento en este innovador formato?
R: Realmente, me siento casi como ante la salida de un disco. Porque aunque se emita por streaming, en realidad es una fusión de lo que sería un disco y un directo. Hemos grabado con los mejores medios y los mejores técnicos. En cuanto a sonido, tenemos la calidad propia de un disco. Y en el apartado visual, calidad de cine.
P: ¿Por qué ha dado este paso en este momento?
R: Desde que tengo 23 años es la primera vez que paso las festividad de San Patricio en casa. Siempre me coincidió viajando o actuando: en Nueva York, en el Carnegie Hall, con mis maestros The Chieftains, en el Stade de France de París, en Dublín... Y, de alguna manera, no quería dejar de celebrarlo. Lo que ocurre es que esta vez será es al revés. En lugar de ir yo a tocar por el mundo, vamos a convocar al mundo para que venga a escucharme a Galicia. Por eso hemos grabado en lugares tan especiales y privilegiados.
P: Dice que es una mezcla de disco y concierto, pero ¿no hay también algo de documental?
R: Cierto. Hay algo de documental también porque además de mostrar parajes singulares de Galicia, el concierto lo hemos hecho sobre una temática muy concreta: las músicas celtas de Beethoven. En él, además de interpretar las piezas que Beethoven compuso a partir de músicas celtas, también entrevisto a algunos sabios, como Barry Cooper, considerado como la persona del mundo que más sabe de Beethoven y que se conectó con nosotros desde Londres.
P: ¿Qué le aportó Beethoven a las músicas celtas?
R: Beethoven era el rey de las armonías. Al conocer la música celta se dio cuenta de que no se correspondían con los esquemas de la música clásica. Se trataba de esquemas innovadores que después él aplicó en sinfonías como su 'Séptima'. Lo increíble es que la gente va a poder ver que hay cosas que suenan a músicas americanas, a cosas que hemos visto después, en el siglo XX, en el rock, en el jazz... Y estamos hablando de piezas de principios del siglo XIX. Es decir, Beethoven se adelantó, fusionó la música clásica y la música celta anticipándose cien años a muchas cosas que hemos conocido después.
P: Ha dicho que en "Celtic Beethoven" propone una nueva forma de interpretar estas piezas, ¿a qué se refiere?
R: La tendencia habitual es a acaramelar estas piezas, a hacerlas demasiado clásicas. Sin embargo, no deben ser interpretadas de una forma lenta y aburrida. Es muy importante que conserven su ritmo tradicional. Por eso, para que funcionen tienen que ser interpretadas por alguien que conozca la música clásica y también la música tradicional celta. En cuanto les aplicas el tempo, los adornos y el alma que tienen estas músicas, son unos cañonazos. Pero es cierto que son piezas dificilísimas. Son un regalo que nos dejó Beethoven pero también son un reto. Beethoven escribió para la posteridad y nosotros somos esa posteridad.
P: Esta propuesta para ser vista bajo demanda online, ¿es un proyecto coyuntural o un formato que ha venido para quedarse?
R: Yo creo que estamos inventando algo nuevo. Lo que estamos haciendo es un directo, tocando todos juntos, pero grabado con la técnica de un estudio. Respecto a si ha venido para quedarse, ¡quién sabe por dónde irán los tiros en el futuro! Pero en este momento es algo que tiene todo el sentido.
P: Y que le permite gozar de una difusión universal, llegar a todo el mundo.
R: Eso es alucinante. Hasta ahora siempre éramos nosotros los que teníamos que ir a todos los países. Y ahora hacemos que quienes quieran, vengan a visitarnos a nosotros a Galicia. Es novedoso. Es diferente.
P: ¿Ve viable la posibilidad de monetizar los streamings hasta el punto de que puedan llegar a ser rentables para los artistas?
R: Con la música pasará lo mismo que pasó con la digitalización de los periódicos, las plataformas de cine o con la comida que pedimos a través de internet para que nos la lleven a casa. Se creará un nuevo sistema. La música pertenece al común de los oficios. Es lógico que también se abra ese camino. En este caso teníamos muchísima curiosidad por ver qué pasaba con esta experiencia y muchísima gente está comprando los tickets. Desde luego, esto nunca va a sustituir a la experiencia de un concierto en directo. Es evidente que no. Pero también es cierto que este formato te permite ofrecer una serie de lujos y sofisticaciones, como grabar un tema con el mejor piano que existe en este país, otro con una réplica de un arpa del Pórtico de la Gloria que está no sé dónde, otro con una cantante irlandesa que se conecta desde Dublín... Eso en un concierto en directo sería imposible.