Ferrol como inspiración artística. De ahí parte uno de los trabajos más personales de Gonzalo Golpe –1977–, en el que “actúa” sobre alguno de los espacios más degradados y abandonados –cuartel Sánchez Aguilera, Teatro Rena– y también sobre otros –el Arsenal– que replantea por completo para presentar una ciudad alternativa y posible.

¿Cómo surge este proyecto y qué finalidad tiene?

Surge al observar las ruinas del antiguo cuartel Sánchez Aguilera. De ahí nació el cortometraje “El corazón de chocolate”, que realicé en el año 2016. En él se muestra cómo ese espacio se convirtió en un gran parque y cómo el edificio principal se transformó en una fábrica de chocolate. La finalidad de este proyecto: utilizar el arte como herramienta visual para proponer una alternativa a zonas de la ciudad que quizás necesitan ser transformadas para el beneficio de todos los habitantes de Ferrol.

¿Qué criterios utilizó para elegir los espacios que integran el proyecto?

En principio, aquellos que se encuentran abandonados. Estos son una buena materia prima para generar algo nuevo.

¿Qué visión tienen sobre el espacio público de la ciudad? ¿Cree que cambiarlo o mejorarlo es más una cuestión de inversión o de sensibilidad hacia el patrimonio?

Es cuestión de ambas opciones. Si se es consciente de que el espacio público es, como dije antes, para el beneficio de los habitantes de la ciudad, se es consciente también del gran patrimonio que poseemos. Y una vez se es consciente, la inversión se convierte en una herramienta útil y práctica al servicio de la sensibilidad hacia este patrimonio.

Del trabajo se desprende que le ve mucho potencial a la ciudad. ¿Hay espejos en los que Ferrol pueda mirarse para avanzar?

Le veo muchísimo potencial. Y cuando hablo con gente de aquí, está de acuerdo también en ese potencial. Existe la sensación de que Ferrol es un diamante esperando a ser pulido, pero solo hay un lugar donde Ferrol podría mirarse para avanzar, y ese lugar es Ferrol. Si queremos que las cosas a nuestro alrededor cambien primero tenemos que cambiar nosotros mismos. Esto es la esencia de la madurez. Bien, pues con la ciudad pasa lo mismo. Las respuestas a la pregunta de cómo avanzar ya están aquí; se encuentran en la gente de Ferrol y su capacidad para aportar su talento al bien común. Construyamos juntos con lo que ya tenemos construido, abramos las murallas a lo nuevo que tenga que venir y demos facilidades para que Ferrol siga evolucionando.