Ahora que han visto que la confrontación de los candidatos a la Comunidad de Madrid tiene tirón, Vox y los partidos de izquierdas tratan de estirar el chicle para seguir acaparando titulares y temas de conversación. Pero no hay mucho más que aportar: una vez condenada cualquier amenaza y criticada la actitud de Monasterio todo lo demás es dar vueltas sobre lo mismo y desviarse de lo importante, que es decidir qué opción política parece que le haría menos daño a los madrileños. Los únicos que, a priori, no ganan nada con el sainete de Rocío y Pablo, Ciudadanos y Partido Popular, son los más interesados en recuperar la esencia de la campaña y poder hablar de sus ideas para la comunidad. Pero igual tampoco les viene mal que el resto se enfangue por voluntad propia. A más de un votante seguro que le hace cambiar de opinión.