No es muy elegante eso del “te lo dije”, pero es que lo del cabreo de Marruecos por la acogida en España del líder del Frente Polisario lo veíamos todos excepto, al parecer, la ministra de Exteriores. Que saliese a decir públicamente que el hecho no tendría efecto alguno en las relaciones con el Gobierno marroquí sin haberse siquiera comunicado con él tenía más pinta de ser un intento de poner la venda antes de la herida que un anuncio serio. Y salió mal. Rabat he pedido explicaciones al embajador español y ha emitido un comunicado hablando de “decepción”. Sorpresa