La historia de la ciudad de Ferrol, por su carácter industrial, está íntimamente ligada a la de la lucha obrera en Galicia. Es por ello que, aun en tiempos de pandemia y pese a las férreas medidas sanitarias, el pasado año no desistió de denunciar por las calles toda injusticia laboral. Sin embargo, dadas las circunstancias y por responsabilidad, una celebración ya tradicional como es el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, estuvo ausente en 2020.
Precisamente por esto y por los descalabros industriales de los últimos meses –como los insatisfactorios resultados con biocombustibles en la central de As Pontes, el cierre de Siemens Gamesa, la falta de carga de trabajo en Navantia o los despidos en Galicia Textil y Cándido Hermida– este Primero de Mayo de 2021 se convirtió en una celebración irrenunciable. Así, más de un millar de vecinos de la ciudad naval secundaron las dos multitudinarias protestas convocadas por CCOO y UGT por un lado y CIG –con la participación de CGT– por el otro.
La cita arrancó, como en años anteriores, con el homenaje de UGT a su fundador, Pablo Iglesias, en el monolito en su memoria del Cantón de Molíns a las once de la mañana. Cerca de medio centenar de personas, entre las que se encontraban el alcalde, Ángel Mato, los ediles Julián Reina, Ana Lamas y Germán Costoya o la secretaria general del PSOE de Ferrol, Beatriz Sestayo, participaron en la ofrenda floral. Sin embargo, el grueso de la jornada comenzó a partir de las doce del mediodía con las dos multitudinarias movilizaciones convocadas por las centrales sindicales.
La CIG, por una parte, inició su protesta, como todos los años, frente a su local social del barrio de Esteiro, donde se concentraron varios cientos de personas, incluida una representación de los trabajadores despedidos de Cándido Hermida, del sector naval y de la ayuda a la dependencia –un área laboral muy feminizada que durante la pandemia se ha visto enormemente precarizada– o la ejecutiva local del BNG. El secretario comarcal de la CIG, Manuel Grandal, señaló al inicio de la protesta la necesidad de esta celebración, dado que las condiciones laborales en la comarca “cada vez son peores”. “É unha precaridade absoluta, sufrindo uns ERTEs á carta por mor de un Goberno que se di de esquerdas pero que ainda non se atreveu a lexislar para botar abaixo unha reforma laboral que está sendo un cancro para esta comarca”, se lamentó Grandal. Del mismo modo, el secretario comarcal hizo referencia a la última campaña de la central nacionalista –”Por unha saída galega xusta”, donde también se engloba la protesta–, apuntando que “estamos nun momento de cambio” y que, por ello, es necesario “darlle un xiro a esta situación” en lugar de “afondar máis neste tipo de políticas neoliberais”.
En este sentido, Manuel Grandal destacó que en esta ocasión las protestas no respondían a la situación de una empresa, grupo de empresas o sector concreto, sino a todo el mercado laboral, dado que “o que estamos a vivir e que todos os sectores están tremendamente castigados”.
Paralelamente, en la plaza del Inferniño arrancaba la manifestación conjunta de CCOO y UGT, que este año se desarrollaba bajo el lema “Agora toca cumprir”. A la cabeza de la protesta, el secretario comarcal de la UGT, José Antonio Díaz, calificó a la misma de “completo éxito” y que, por ello “continuamos a nosa reclamación de la derogación de reformas laborais e das pensión, e a subida do Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que permita as familias máis desfavorecidas poder ter un futuro viable”. Por su parte, el antiguo secretario comarcal de CCOO, Santiago Díaz –José Hurtado no pudo acudir a la protesta–, también a la cabeza, señaló que el mencionado lema respondía a que “é o momento de recuperar dereitos, de levar a cabo xa a reforma que pedimos do mercado de traballo (...) e de seguir subindo o SMI, que quedou paralizado este ano e pensamos que sen ningún motivo”. “Toca tamén retomar o tema das pensións, porque había uns acordos do Pacto de Toledo e foron modificados cunha reducción sustancial do importe das mesmas”, aseveró Díaz Gómez.