A pesar de que el caso Fuenlabrada hace pensar lo contrario, al parecer, en LaLiga se presentan como escrupulosos cumplidores de las normas sanitarias y no pueden pasar por alto el asadito argentino en casa de Messi con cuarenta personas invitadas. Antes de que la Generalitat tome cartas en el asunto –que algo tendrá que decir–, la patronal del fútbol le ha abierto un expediente a los jugadores, primer paso, se supone, antes de una sanción que pueden ser dos, si el Govern se suma. Poco va a afectar a los bolsillos de los participantes, eso sí, que las normas están hechas para mortales, aunque los astros del balón también deban cumplirlas.