La precipitada marcha de Pablo Iglesias, que presumiblemente esperaba que su salida de Podemos fuese una celebración de su carrera política y no una especie de huida nocturna por la puerta de atrás, obliga a la formación a celebrar un nuevo congreso –Asamblea Ciudadana, que es más acorde con la idea de participación que venden– para elegir a su jefe. El 13 de junio habrá nuevo líder morado, pero, en vista de las últimas convocatorias electorales, regionales e internas, suscita más curiosidad saber cuántos van a votar que el nombre del elegido para reflotar el partido.