La instalación del vallado señalizador de obra en las inmediaciones de la avenida de Esteiro marca la próxima ejecución de los trabajos de repavimentación y mejora del carril bici de la mencionada avenida, una intervención que forma parte del paquete de obras del Plan de Obras se Servizos correspondiente al año 2018.
La actuación está previsto que de comienzo mañana y ayer mismo la empresa adjudicataria de la obra procedió a la descarga e instalación de las vallas señalizadoras en la zona en la que se va a llevar a cabo la intervención, entre las inmediaciones de la iglesia de las Angustias y la intersección con la avenida de Vigo.
La obra afectará a un tramo de un kilómetro, medio a cada lado de la calzada, y será con pavimentación de hormigón armado de 15 centímetros de espesor con malla de hierro. Se colocará también señalización retrorefractaria.
Los trabajos vienen dados por la necesidad de garantizar la durabilidad del carril bici, muy deteriorado y la actuación dispone de un presupuesto de 66.947,63 (contaban inicialmente con un presupuesto base de 91.234,30 euros ), y cuentan con un plazo de ejecución de un mes.
Previamente a la instalación del nuevo firme, será preciso demoler el existente. Los trabajos pueden afectar a vías próximas o zonas ajardinadas, que serán repuestas al final de la obra.
Una nueva barandilla de color rojo luce ya en las inmediaciones del parque de Serantes tras haber concluido los trabajos de sustitución del cierre existente así como la ampliación de la acera. Una actuación demandada y motivada por el mal estado en el que se encontraban estos espacios. El presupuesto fue de 47.544,48 euros y como explicó la edil de Obras, Ana Lamas, “a varanda, na vía próxima ao centro de saúde do barrio, mostraba diversas deficiencias tales como barras dobradas, zonas desprendidas e, no seu último tramo, unha protección deficiente”, por lo que se optó por la total sustitución por una barandilla de acero galvanizado de mayor durabilidad, pintada en rojo, para integrarla con el resto de pavimentos de la zona. El ancho de la acera era también insuficiente y presentaba defectos en su firme, por lo que se optó por la ampliación con zonas rebajadas para mejorar la accesibilidad peatonal y manteniendo igualmente un ancho mínimo del carril del vial igual o superior a 3,5 metros.