El hallazgo del cuerpo de la pequeña Olivia Gimeno, secuestrada por su padre junto a su hermana Anna en Tenerife, y el asesinato de la joven sevillana Rocío Caíz, presuntamente por su expareja, conmocionaron a toda España, que expresó en silencio su repulsa por los crímenes de las menores.
Multitud de personas guardaron ayer en las calles minutos de silencio por las muertes de las dos menores, la pequeña Olivia, de seis años, y Rocío de 17; unos crímenes que hicieron saltar todas las alarmas de las violencia machista y vicaria, la que ejercen padres para causar el mayor daño a sus madres.
El movimiento feminista participó en concentraciones frente a los ayuntamientos de pueblos y ciudades de todo el país tras este repunte de asesinatos.
“Lo vamos a tirar”, “ni una menos” y “si nos tocan a una, nos tocan a todas” fueron los lemas de esta convocatoria de urgencia, que se pusieron en marcha tras la aparición del cuerpo sin vida de Olivia, por cuya muerte expresó “dolor y tristeza” la reina Letizia, al igual que lo hizo por Rocío.
“No puede haber nadie que no intente ponerse en la piel de las personas que aman a estas niñas, a estas menores asesinadas”, dijo emocionada la reina.
Por ello, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, quiso dejar claro que hay una violencia contra las mujeres por el hecho de serlo y que además se les ataca a través de lo que mas quieren, sus hijos.
Y pidió combatir a quienes lo niegan porque “debilitan la conciencia común de una sociedad que tiene que plantar cara de manera unánime y firme”.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, apeló a la justicia feminista: “todas esas mujeres y niñas necesitan hoy nuestro abrazo, el apoyo del conjunto de la sociedad y necesitan justicia feminista”, señaló.
Montero reconoció que hay “una parte muy importante del dolor y de la violencia ejercida contra esas mujeres y esas niñas que es absolutamente irreparable”, algo que le pesa, especialmente como ministra de Igualdad, al no haber llegado a tiempo.
El presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, tachó también lo ocurrido en Tenerife como la “muestra de la violencia más cruel y retorcida a la que ejerce un hombre sobre la mujer arrebatándole lo que más quiere”, dijo.
Visiblemente enfadado, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, calificó de “miseria humana” a los autores de los asesinatos tanto de Olivia, como de Rocío Caíz, de Martín de la Jara (Sevilla).
Moreno dijo no encontrar “por mucho que lo piense ninguna explicación posible” porque “evidentemente no la tiene” para esos actos de “crueldad” para los que hay que ser “un hijo de tal” e insistió en que es algo “tan fuerte” que se le “encoge el alma”.
La nueva fiscal de sala coordinadora contra Violencia sobre la Mujer, Teresa Peramato, señaló que la violencia vicaria no es una enfermedad mental, es “simplemente maldad” y su origen está en el ánimo de dominación, control y posesión del maltratador sobre la mujer que también es madre.
La mayoría de los 39 asesinatos de menores por sus padres o las parejas o exparejas de sus madres desde 2013 se produjeron tras la separación, el divorcio o el inicio de la mujer de una nueva relación sentimental. También es el caso de las niñas Anna y Olivia de Canarias, que aún no figuran en las estadísticas oficiales.
Desde el final del estado de alarma se está registrando un repunte de feminicidios: la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género confirmó la naturaleza machista de los asesinatos de nueve mujeres y un menor, más de la mitad de todos los asesinatos de 2021.