El historiador Carlos Babío, coautor del libro “Meirás: un pazo, un caudillo, un expolio” y el grupo municipal del BNG en Santiago urgieron ayer a que se interponga una nueva demanda para exigir de la familia Franco la devolución de dos esculturas románicas del taller del Mestre Mateo, que formaban parte de la fachada que cubría el Pórtico de la Gloria.
En un acto organizado en memoria al alcalde nacionalista de Santiago Ánxel Casal y a todas las víctimas del represión iniciada tras el golpe militar de 1936, Babío y la portavoz del BNG en la capital gallega, Goretti Sanmartín, insistieron en la necesidad de interponer una nueva demanda “después de que se descubriesen nuevos datos” que permitirán recuperar las figuras.
Sanmartín recordó que los nacionalistas ya han reclamado esta acción tanto en el Ayuntamiento como en el Parlamento gallego y que están esperando “que la demanda se haga realidad”.
“No puede ser que tengamos que estar urgiendo a las instituciones a que muevan ficha”, declaró Sanmartín, que señaló que esto fue lo que sucedió con la recuperación del Pazo de Meirás, impulsada por la sociedad civil.
Y es que, además, las estatuas de Abraham e Isaac, atribuidas al Mestre Mateo y parte del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago, fueron encontradas de manera casi sorpresiva en el inmueble sadense, donde estaban guardas en manos de la familia Franco. Así las cosas, la nacionalista también abogó por activar “más políticas de memoria” en Santiago de Compostela puesto que pese a que se creó una comisión de la memoria, el gobierno socialista todavía no la ha activado “de verdad”.
Frente a ello, urgió avanzar en la eliminación de simbología franquista de la ciudad y en la construcción de un “monumento” dedicado a la figura del alcalde Ánxel Casal.
Ley estatal
Respecto a este aspecto, el historiador Carlos Babío consideró que la ley estatal de memoria también debe ser ampliada para “luchar contra la impunidad” de aquellos que asesinaron al alcalde compostelano que “no participó en la guerra ni en ninguna trinchera, si no que fue asesinado”.
El historiador remarcó la necesidad de avanzar en cuestiones de este tipo porque “no hay posibilidad de avanzar si no hay normalidad en nuestro pasado”.