La Policía Nacional identificó a un joven que supuestamente, en unión de otro varón y una mujer, sustrajo más de 2.000 euros y joyas a una anciana en Ferrol mediante el conocido como timo del ‘tocomocho’, informa el mencionado cuerpo de seguridad.
La mujer fue abordada “gentilmente” el pasado 8 de julio por una joven con una ristra de cupones de la ONCE supuestamente premiados de los que quería desprenderse, puesto que según ella ya tenía mucho dinero fruto de una herencia que acababa de obtener y no le interesaba cobrar los premios de esos cupones.
Acto seguido, un varón joven que era cómplice de la chica, apareció en el lugar interesándose por la propuesta que le hacían a la anciana, “generando así mayor interés en la escena”, apunta la Policía.
Así, lograron embaucar a la señora hasta el punto de que la acompañaron hasta su domicilio a recoger dinero y joyas. También la llevaron en un vehículo conducido por un tercer varón hasta un cajero donde lograron que extrajera 2.000 euros más.
Finalmente, cuando los estafadores consideraron que habían obtenido su objetivo, le pidieron a la anciana que fuera a comprar una botella de agua y así proceder con posterioridad a la entrega de los cupones premiados.
Cuando la mujer regresó comprobó que se habían marchado del lugar sin esperarla.
Actualmente la Policía busca al joven reconocido para proceder a su detención.
Según explica el cuerpo de seguridad, los autores del “timo del tocomocho” representan cada uno de ellos un papel bien definido, como si de actores se trataran.
El “tonto” es la persona que ofrece desinteresadamente una oferta irrechazable, ya sean boletos de lotería premiados o bien lotes suculentos de joyas por un valor de venta llamativo.
“El gancho” es la segunda persona que surge espontáneamente en la conversación, es la que se encarga de dar credibilidad a la oferta y la que ayuda a convencer a la víctima o “primo” para no dejar escapar la oportunidad.
Normalmente hay una tercera persona que da cobertura a los otros, ya sea vigilando, conduciendo o aumentando la ilusión de obtener el ofrecimiento.