Como somos así, con ese puntito de mala uva que nos caracteriza como pueblo, no hemos acabado de alegrarnos por el triunfo de la selección española de fútbol y ya estamos quitándole importancia a base de comparaciones. Que si el equipo de 2008 le ganaría a este sin despeinarse, que si hay más alegría que calidad individual... Menos mal que los ‘chavales’ han demostrado que están por encima de las críticas.