La obra de Antonio Quintía ya ha recorrido una parte muy importante de la comarca desde el año 2008, con un total de 20 exposiciones individuales–a las que hay que sumarles otras casi 10 de manera colectiva– a sus espaldas. Y a partir del primero de agosto, está disponible en el hotel Herbeira, en la localidad de Cedeira, gracias a la colaboración entre el artista y el Concello de Cerdido.

Esta vez, Quintía opta por una exposición de caracter íntimo, en una sala de tamaño reducido, con 14 exclusivas piezas espaciadas entre sí, con el objetivo de consegiur el máximo disfrute individualizado; lo que, a su vez, genere una sensación de conjunto.

Marca personal

En esta ocasión todas las piezas son óleos de tipo figurativo, pero los inicios de Quintía se deben a otra temática: los oficios. En ambos casos, hay una cuestión común que es Galicia. Forma parte de todo su recorrido, cuando se hablaba de oficios eran los típicos de esta zona y ahora que son figuras los elementos principales, los contextos también lo son.

Como el mismo artista explica, pinta por gusto, por arte y por amor. A diferencia de otros colegas, no depende de los ingresos de sus obras ya que él esta retirado. Esta independencia económica hace que sus piezas sean un arte mucho más personal, ya que la compra de una de sus obras es un aliciente para él, pero nunca un elemento de presión o una necesidad.

Quintía no tiene un estilo definido sino que sus obras nacen “según el estado de ánimo”, lo que se refleja en la tonalidad. Los colores vivos destacan en gran parte de su producción.

Cuando se le pregunta quién es su artista referente no duda: Pissarro, el impresionista. Aúnque acto seguido, tiene en mente a los locales y no titubea sobre su admiración por Segura Torrella, el pintor que fue dibujante del Ayuntamiento de Ferrol.