Durante este mes de diciembre tuvo lugar la XXVII Cata dos Queixos y la XXII Cata dos Meles de Galicia, que la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, definió como un “libro sabroso e doce da nosa historia”.
El peso del sector alimentario en Galicia, en concreto el de estos dos productos, supone una facturación de 52,5 millones de euros –en el caso de los 6,5 millones de quilos de queso– y de 1,5 millones de euros en el caso de la miel, con una producción final de 170.000 kilos. Así, Gómez no dudó en apuntar que estas producciones “son unha parte moi importante da economía” y que, además, suponen “un eixo vertebrador da cultura, da gastronomía, da tradición e, en resumo, de todo o que conforma a idiosincrasia de Galicia”.
A pesar de que ningún lácteo de la zona se alzó con una medalla en las diferentes categorías –Queixo Tetilla; Arzúa Ulloa; San Simón da Costa y Artesanía Alimentaria–, si hubo pódium para el producto apícola.
En el grupo de las mieles monoflorales, la Mel de Monfero, de Josefa Mº Durán Casal, se alzó con el oro.
Este no es su primer puesto, ya que en 2021 ya se hizo con el primer premio en esta misma categoría en el concurso “Mel 5 estrelas”, organizado por la Asociación Galega de Apicultura (AGA).
En esta misma entrega, otro de los premiados –con un oro– fue Mel do Sor, de Rubén Amigo Bellas que, en esta ocasión se hizo con la plata en el cuadro encabezado por los de Monfero.
Esta sería la primera medalla que iría a parar a Mañón que, más tarde, en la categoría de mieles monoflorales, se completaría con el segundo puesto de Mel do Santar, de Antonio Martínez Pernas, haciendo, así, un doblete para los mañoneses en esta jornada de galardones.