La rápida intervención de los Bomberos de Ferrol y el GES de Mugardos evitó este miércoles lo que podría haber sido “una desgracia mucho mayor” en el monasterio de Santa Catalina de Montefaro, en Ares. Y es que un cortocircuito en el local que emplea el club de tiro con arco –en la parte inferior de la vivienda en donde reside la persona encargada de custodiar la abadía– provocó un incendio que afectó al suelo de la estancia y al techo –causando su colapso–, mientras que el humo negro inundó varias zonas del cenobio.
El suceso aconteció en torno a las 11.40 horas. Fue una mujer que paseaba con su perro por la zona la que dio aviso al 112 indicando que veía salir humo por una de las ventanas del inmueble. “Yo salí a caminar sobre las once y media de la mañana, como hago habitualmente, y esto pasó pocos minutos después. Tuvimos suerte de cogerlo a tiempo”, comenta Moncho García, residente en la vivienda. “El suelo estaba bastante apolillado y además en el bajo había apiladas unas sillas de plástico, que provocaron la humareda negra que afectó a toda la vivienda, pese a que las llamas solo calcinaron una parte”, explica.
“Esto tenía que pasar un día u otro”, lamenta, añadiendo que “las instalaciones son muy antiguas, necesitaban de un mantenimiento previo y más sabiendo que yo tenía la vivienda ahí”, añade García Mera. El monasterio de Santa Catalina de Montefaro es una de las joyas del patrimonio aresano y fue fundado a expensas del señor Andrade, Fernán Pérez “O Bo”, a finales del siglo XIV, convirtiéndose en uno de los de mayor influencia del golfo Ártabro. Cuenta con dos claustros de estilo renacentista y una sala capitular de estilo románico y transición al gótico.