El Gran Premio de San Mamede acumula veintiséis ediciones

El Gran Premio de San Mamede acumula veintiséis ediciones
El evento tuvo mucho público en la jornada de entrenamientos I JORGE MEIS

San Mamede tiene hoy una cita con la velocidad. Desde hace más de dos décadas tiene lugar la Baixada de Carrilanas que, a pesar de estar rodando desde ayer, la carreras oficiales se celebran hoy a partir de las 12.00 horas.


Los de Valdoviño tienen uno de los veranos más ocupados de la zona. Ellos, apuestan por la diversificación de sus fiestas y, hace 26 años, los de San Mamede decidieron que con una verbena no era suficiente. Diego Barcia, que ahora es el director de la bajada explica que lo que intentaban era “buscar un elemento diferenciador”.


Los tiempos cambian y ellos se adaptan, es por ello que han decidido ser fieles a sus principios ecologistas y, pudiendo optar por la Fórmula 1, se decidieron por las carrilanas. Vehículos mucho más comprometidos con el medio ambiente.

 

Profesionalización


“Las primeras ediciones no había seguros para los pilotos, no había reglamento. Nos juntamos con Asturias, País Vasco y Castilla y León y creamos la Federación de Deportes de Inercia, generando una formalización de este deporte”, explica la directiva, y continúa, “hay un reglamento sobre las condiciones, modalidades, pesos... Se ha profesionalizado y, hemos cogido entidad celebrando diferentes competiciones a nivel nacional e incluso internacional”.


Este año están llevando a cabo otra edición de la Copa de Europa y ello influye en la representatividad de otros países entre la parrilla de salida. Este año cuentan con competidores belgas, suízos, italianos y portugueses, aunque el siete veces campeón de la competición local porta la bandera asturiana. Él es Cristian Marugán que tacha la competición como “la más imprescindible dentro de su agenda”, y reafirma que “si hay una cita a la que no se puede faltar sería San Mamede”.


Desde la organización está todo previsto: comida, bebida, música, y juegos y, supervisando todo esto, un equipo que se entiende como una gran familia. 


A pesar de que la tradición empezó siendo masculina, ellas tuvieron que hacerse con el frente de batalla. “Cuando había mayoría masculina las cosas no fueron bien, las decisiones no eran las más adecuadas”, confiensa Barcia y asume que “en cuanto entraron ellas de manera activa, esto no hizo más que mejorar”. Las mujeres, por su parte, saben que es verdad y, desde hace años, se han echado a la espalda todas las cuestiones de logística.

 

Todas las edades


Dentro de la Asociación da baixada de carrilanas a San Mamede, la edad varía más de lo que cabría esperar. El más longevo está en la cocina y Martina y Sara, con tan solo 10 años, son encargadas oficiales y supervisoras. Ellas mismas cuentan que hacen todo tipo de labores porque “ayudamos y nos lo pasamos bien”. Los padres de ambas forman parte del grupo  desde hace más de 20 años y ellas no podían ser menos. Desde la organización tienen en cuenta la gran participación de los jefes de la casa y, por ello, en la jornada de ayer contaron con fiesta de la espuma, karaoke o pinta caras. Que la institución sea tan familiar se traduce en un ambiente del mismo estilo

El Gran Premio de San Mamede acumula veintiséis ediciones

Te puede interesar