“Influencers” de Ferrolterra: lo que realmente se esconde detrás de las pantallas

Nika Lois y Andrea Cánovas compaginan su trabajo en las redes sociales con sus empleos
“Influencers” de Ferrolterra: lo que realmente se esconde detrás de las pantallas
Nika Lois y Andrea Cánovas en la puerta del Teatro Jofre | DANIEL ALEXANDRE

Las tornas han cambiado en cuanto a oficios se refiere. La digitalización ha llegado para quedarse y, en este aspecto, cada vez más gente opta por buscarse un futuro en redes sociales.


Los influencers, palabra más que cotidiana en la actualidad y dentro del vocabulario de muchos, han creado una serie de comunidades en las que hay fieles seguidores, pero también grandes detractores. Sobre todo la segunda es una cuestión transversal para aquellos que se dedican a crear contenido en una o varias plataformas, independientemente del tipo de temáticas sobre las que versen los vídeos. 


En la actualidad, se estima que, tal y como expone Statista, la industria del influencer marketing tiene un valor de más de 21 mil millones de euros


Las marcas –independientemente del ámbito de trabajo– confían en las personalidades más influyentes de las redes sociales para hacer promoción de sus productos o para que generen contenido para ellas. Sin embargo hay categorías y cachés dentro de este ámbito laboral. 


En función de los seguidores que tengan en redes sociales, se puede catalogar como nano-influencer (entre 1.000 y 4.999), micro-influencer (entre 5.000 y 20.000), nivel medio (entre 20.000 y 100.000), mega-influencer (100.000 y 1 millón), y más allá, celebrities


En la segunda y tercera categoría –en Instagram– se encuentran Andrea Cánovas (@andreaacanovas_) y Nika Lois (@nuestro_piso_ideal), respectivamente. La primera de Narón y la segunda asentada en el mismo municipio. 


Ambas aseguran que comenzaron con esta andada por realización personal, sin buscar una retribución de ello, por ese mismo motivo ambas mantienen sus trabajos y ven las redes como un “complemento”, pero sin olvidar que es una afición “y sin sentir la presión que puede sufrir la gente que se dedica a ello en exclusiva”, aseguran. 


Instagram se constata como la red social más importante en relación a las campañas de marketing para los diferentes negocios según las opiniones de los especialistas, tal y como indican los estudios especializados de, por ejemplo, Hype Audition. TikTok seguiría a la alza, pero sin alcanzar las cifras de su principal competidora. 


Ante estos datos, la pareja de influencers expone que en la segunda red social mencionada no cobran, pero que en la primera sí que se pueden conseguir colaboraciones cuyas cifras –a pesar de depender del número de seguidores– son más notorias.


Críticas


A día de hoy Nika Lois tiene 51,3 mil seguidores en Instagram. Ella comenzó con una cuenta con recetas saludables y contenido, en su gran mayoría, de bienestar. Sin embargo, por petición popular acabó dando a conocer la reforma del piso en el que vive actualmente. 


Su primer vídeo, en el que mostraba el estado del inmueble al adquirirlo, ya contó con algún comentario en contra y todo por que usó la palabra “trastos”.


“A xente quere que sexas real, que non haxa superficialidade pero se es sincera acábaslles parecendo borde. Non sei a cantidade de mensaxes que había nese vídeo porque non era capaz de velo, pero os quen te cres que es? eran unha constante”, expone la creadora.

 

La gente cree que puede decir lo que le de la gana


Al principio decidió contestar pero con el paso del tiempo decidió eliminarlos ya que “eran insultos realmente fortes no vídeo dunha reforma”, a lo que Andrea Cánovas expone que “la gente cree que puede decir lo que le de la gana”, y es que las pantallas parecen blindar a más de uno. 


El blanco más fácil para las críticas es el físico. Así, ambas señalan que se han topado con más de un comentario en el que insultaban a su cuerpo cuando el vídeo en cuestión no tenía que ver con este. Y no hay un perfil concreto para los envalentonados que han dejado constancia de su opinión, desde mujeres de mediana edad hasta hombres que podrían ser el padre de alguna de ellas se han pasado por sus feeds en un alarde de valentía.


Ninguna vive de las redes sociales, de hecho no se lo plantean, pero “moita xente sería feliz se desaparecesen as plataformas”, sentencia Lois, ya que “hai un acoso realmente grande e non todo o mundo é capaz de relativizar nunha situación así”.


Cada vez son más los pequeños que tienen acceso a todo tipo de contenido y no es de extrañar que los referentes hayan cambiado. En este sentido, las administraciones públicas como Diputación han implementado iniciativas que permitan conocer la realidad de cuestiones como el acoso a través de internet, como las llevadas a cabo los pasados días en varios institutos de la zona. 

 

 


Aún así, los datos de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar situaban, en el pasado 2024, a España a la cabeza mundial de casos de ciberacoso, superando los 300.000 anuales. Los datos de Unicef estiman que dos de cada diez adolescentes podrían ser víctimas a través de las redes. 


Los roles y modelos a seguir han cambiado y, como consecuencia, también los referentes de muchos, tanto pequeños como mayores. Aquí también entra la importancia de conseguir relativizar, una práctica que tanto Lois como Cánovas asumen que es realmente complicada a pesar de estar más que concienciado o tener una amplia experiencia. 


En este sentido, ponen en valor la importancia de las comunidades que se generan a través de las plataformas. El hecho de denunciar comentarios que no son apropiados, por ejemplo, puede ayudar a otras creadoras de contenido. 

 

Penso que poden ser a miña irmá ou as miñas primas e o que poden chegar a sufrir


Así, Lois explica que “pódese pedir a outros usuarios que vaian a un vídeo en concreto para que o filtro cambie”, llevando a cabo así un ejercicio de cooperación. Puntúa que en su caso, esta práctica es más recurrente cuando son personas jóvenes “porque cando vexo a unha moza ou mozo exposto a comentarios que poden chegar a ser moi desagradables sinto dor. Penso que poden ser a miña irmá ou as miñas primas e o que poden chegar a sufrir”, asegura.


De la misma forma, cada vez hay más gente que quiere dedicarse profesionalmente a este sector. Ellas, conscientes de que el mundo online está creciendo, tienen claro que uno de los pilares para poder triunfar sin pagar consecuencias como los comentarios que ambas han sufrido es “mantenerse fiel a uno mismo por encima de todo”


“Non deixarse comprar é fundamental, que non queiran imitar a outros”, asegura Lois que son dos pilares fundamentales, a lo que Cánovas apostilla que “confíen en ellos, porque no te debes fiar de los comentarios en los que se ríen de ti o te insultan, porque los hay”.


En este sentido, piensan en aquellos más vulnerables, puesto que confiesan de que a pesar de saber diferenciar dentro de su cotidianeidad, “hay días que los comentarios te afectan mucho, más de lo que cabría esperar”. Ponen especial atención a personas que, por ejemplo, sufran un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), ya que el cuerpo siempre es “el principal motivo por el que te hacen un piropo, o lo que piensan que puede serlo, pero también por lo que se te echan encima”.


El tiempo


“Depende del post o del vídeo, en ocasiones las marcas te mandan una guía a seguir, lo que quieren que hagas, pero si no tienes unas directrices el trabajo es mucho mayor. Tienes que hacer algo más que publicidad simple, no vale con una mera recomendación”, explica Canovas sobre las campañas que se realizan con empresas más que conocidas. 


Una vez se tiene la idea, comienza el proceso de grabación que, en ocasiones, depende de terceros para poder llevarse a cabo, pero “lo más complicado es no ser repetitiva”, explica.


En ocasiones, las creaciones tienen que pasar, además, un proceso de validación y “hai que facer unha serie de cambios que che obrigan a volver gravar a escena enteira”, apunta Lois.


Con colaboraciones pueden dedicarles a las redes un par de dos horas al día, en función de las demandadas de la empresa, pero hay que tener en cuenta que ambas compaginan esta afición con sus desempeños profesionales. 


Ellas son dos de las miles que, a día de hoy, compaginan sus perfiles con sus empleos pero ya hay muchos que pueden y quieren vivir única y exclusivamente de esto. 


Esta es una demostración de que los tiempos cambian, y con ello los oficios. Sin embargo, también constata la falta de civismo y la inmunidad que se puede llegar a sentir desde detrás de una pantalla y, en cierta medida, también deja entrever que las personas no cambian a la misma velocidad que su entorno.

“Influencers” de Ferrolterra: lo que realmente se esconde detrás de las pantallas

Te puede interesar