Fernando Dopico, investigador: “La gran romería de Ferrol en el siglo XVII era la fiesta de San Roque”

El investigador y músico ferrolano firma uno de los artículos del nuevo número de la revista “Ecce Homo”, de la Junta de Cofradías, en el que habla de la hermandad de “mareantes”, mostrando su documento fundacional de 1598 y aportando nuevos datos sobre las costumbres de los ferrolanos antes de la llegada de la Ilustración
Fernando Dopico, investigador: “La gran romería de Ferrol en el siglo XVII era la fiesta de San Roque”
Fernando Dopico ante la fuente de San Roque, con el antiguo campo del mismo nombre detrás | Jorge Meis

De tanto leer sus nombres en documentos y estudiar sus testamentos, Fernando Dopico tutea ya a los hombres y mujeres que tejieron la historia del norte de Galicia desde la época medieval como si fueran casi de su familia. Este músico ferrolano, de Santa Icía de Trasancos, es además investigador, colaborando con el Instituto de Estudios Gallegos “Padre Sarmiento”, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Xunta de Galicia, y ejerciendo de consejero del anuario diocesano “Estudios Mindonienses”.


Dopico es el autor de uno de los artículos que se pueden leer desde el pasado viernes en la revista “Ecce Homo” que edita la Junta de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Ferrol. A través de su lectura nos sumerge en una villa, la ferrolana del siglo XVII, de la que no hay apenas testimonios documentales, por eso su hallazgo en el archivo diocesano de Mondoñedo es de suma importancia.


Se trata del libro de cuentas de la extinta Cofradía de San Roque, con sede en la que hoy es la capilla de las Esclavas del Santísimo Sacramento y la Inmaculada, y su acta fundacional, con fecha de 26 de abril de 1598: “Es el documentoz más antiguo que hay en el archivo con relación a las hermandades de Ferrol, es algo muy bonito”, valora Dopico.

 

Una pieza inédita


En su texto incorpora una fotografía del documento, rubricado por “mareantes”, aquellos hombres —así lo especifican, únicamente varones— que desarrollaban distintos “oficios de pesca de la mar” y “marineros” que fuesen “vezinos de esta villa de Ferrol”. Todos ellos se encontraban aquel día en la casa de Alonso Valerio, “un personaje que llega a ser alcalde y es un hijo bastardo de los Valerio de Serantellos, es maestre de traíñas —que eran los patrones— y tuvo un pleito porque no devolvía la vara de la Alcaldía”.

 

 

San Roque ostentaría el honor de ser la primera hermandad ferrolana de la que se conserva el acta fundacional aunque, como precisa Dopico, “sabemos que hubo cofradías antes, más antiguas, pero de las que no tenemos documentos, como puede ser la Vera Cruz, la Santísima Trinidad, San Miguel y San Bernardino o el Rosario que, por las menciones que se encuentran, por ejemplo, en testamentos, llegó a tener incluso una sección para clérigos y otra para laicos. La Virgen del Rosario era la patrona de Ferrol, así que, seguramente, fuese la más numerosa”.

 

Más fiesta que penitencia


Hablamos, en todo caso, de entidades que todavía arrastraban organizaciones medievales, precisa el investigador, que centró su estudio en esta cofradía gremial que se ubicó en el campo de San Roque. “Por poner en contexto a los lectores, es importante decir que estamos hablando de procesiones muy distintas a las que conocemos ahora, con las imágenes en andas y los cofrades acompañando con cera, cantando salmos y letanías, sin música”, sostiene Dopico.


De hecho, esta misma hermandad —cuya sede sirvió de parroquial desde la desaparición de la antigua San Julián hasta la apertura de la nueva— fue la que asumió el paso de la Santa Cena, “ahora lamentablemente desaparecido”, el 21 de septiembre de 1741 por mandato del obispo Sarmiento de Sotomayor en su intento de ordenar la Semana Santa de Ferrol y repartir las procesiones entre las diferentes cofradías de la villa.


No obstante, al margen de la Pasión, estos “mareantes” dan “algunas sorpresas” muy gratas para conocer a los ferrolanos de entonces: “Lo más bonito es que contextualiza la vida cotidiana, que es lo más difícil de encontrar”, aprecia.

 

 

Así, el libro da cuenta de casi un siglo de entrada y salida de dinero, la contabilidad de una cofradía que celebraba a bombo y platillo fundamentalmente dos fiestas: el Corpus Christi y su patrón, San Roque. Se descubre, por ejemplo, que en estas celebraciones había música de tambores y clarines además del típico dúo de gaiteiro y "ferreñeiro", pero también se contrataba a actores para representar las comedias famosas en la época.


Sin embargo, la descubierta de un personaje peculiar es la que puso en guardia a Dopico. Se trata del “Remachino o Remachiño”, al que se le confecciona un traje con estopa y que, tras consultar con otros investigadores de la zona de Betanzos, podría ser una versión ferrolana del “Gamachiño”, la figura mascarada que salía en la procesión del Corpus descubriendo al público que no se había quitado el sombrero y haciendo otras “trasnadas” por el cortejo.


“Aparecen datos de un mundo que no tiene nada que ver con el actual”, reflexiona el investigador, enumerando que realizaban juegos medievales como el de la “sortija” y que ya comían “empanada de congrio y el vino corría a regueros... La gran romería de Ferrol era San Roque”. Defiende, además, que en aquella villa cuya historia fagocitó el XVIII había “grandes tallistas, plateros... No hay que irse a la Ilustración para ver que aquí había cosas”, concluye Fernando Dopico. 

Fernando Dopico, investigador: “La gran romería de Ferrol en el siglo XVII era la fiesta de San Roque”

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