La cita gastronómica por excelencia en Mugardos regresa de nuevo mañana a la villa marinera. Hablamos con el regidor, Juan Domingo de Deus, para abordar la organización de un evento marcado en el calendario de Galicia.

¿Cuántos años lleva al frente de la planificación la cita?
Este año llegamos a la 31 edición de la fiesta, pero mi equipo ha estado al frente de cuatro ediciones.

¿Qué supone un evento de estas características, a nivel turístico, para un municipio tan pequeño?
Supone una visibilización en toda Galicia. Es un evento que está ya muy consolidado, que reúne a unas 15.000 personas ese día y que supone un retorno económico para la hostelería y el comercio. Es un evento muy importante para nosotros, que cuenta con el reconocimiento de Interese Turístico de Galicia y que pone en valor nuestra marca de identidad, como pulpeiros que somos.

Cada año llegan en una sola jornada miles de personas a la villa. ¿Qué medidas de seguridad se toman?
Tenemos un dispositivo específico para ese día. Contamos con un hospital de campaña, dos ambulancias, muchos efectivos también de Protección Civil de varias poblaciones... Tenemos un refuerzo muy grande en la seguridad ese día, hay que planificar las vías de evacuación, etc. El año pasado, por ejemplo, tuvimos cuarenta personas atendidas por golpes de calor.

Los comicios municipales se han celebrado hace poco. ¿Eso ha afectado a la organización?
Para nada. Nosotros ya veníamos trabajando desde hace mucho, desde enero, en la Festa do Polbo. En un año electoral no sabes nunca lo que puede pasar, por lo que tienes que anticipar las gestiones y dejarlo todo listo.

Este año coinciden otras fiestas gastronómicas en la zona. ¿Cree que afectará a la afluencia?
La gente ya tiene claro en su agenda que la Festa do Polbo es el segundo sábado del mes de julio, caiga el día que caiga. Se trata de una cita a la que no se puede faltar y así lo hemos visto porque siempre hay miles de visitantes y el respaldo es muy grande.

Se suministra en un día una cantidad muy elevada de pulpo. ¿Es gestionada toda por la Cofradía?
Son 1.500 kilos. Es una cantidad muy elevada y aquí hay una veda muy importante, por lo que hay que traerlo con mucha antelación y no solo es de la ría. Eso sí, tiene unas características especiales: es de una zona determinada del Atlántico norte, está entre 2,5 y 3 kilos de peso y sus condiciones de embalaje y trazabilidad son muy tasadas.

La jornada posterior a una gran fiesta es un momento complicado, también, en cuanto a organización. ¿La gente respeta las calles o ensucia más de lo deseado?
Hay que limpiar mucho. Ya tenemos un dispositivo todos los años preparado para esta eventualidad, que comienza a las 7.00 horas. La juventud no solo viene al pulpo, es un día festivo en general y tampoco se le puede pedir mucho a la gente en ese sentido. Contamos ya con ello.