Hay poca gente que escoja mudarse a Ferrolterra por el clima. Quizá las playas, la naturaleza o el patrimonio puedan ser factores que ayuden a tomar esta determinación, pero si se pregunta, el buen tiempo no está entre los factores decisivos para dejar todo atrás y empezar de cero aquí.

Sin embargo, para toda regla hay una excepción. Para David Palomo y Lola Muñoz, originarios de Soria, esta fue la clave para decidir emprender en el mundo de la hostelería de la zona. O encontro do Soriano, que empezó en un local del barrio de Esteiro, se encuentra ahora en Narón, en plena carretera de Castela. 

Este es el negocio de dos jóvenes que vinieron a veranear a Ares, y se enamoraron. Entre risas, Muñoz asegura que aquí no conocemos el frío “insoportable” que se da en su ciudad natal, con seis o siete grados bajo cero durante los meses de invierno. Eso sí, conocemos la lluvia de primera mano. 

En el caso de su pareja, una de las claves fue la materia prima. “David trabajaba con proveedores gallegos cuando estábamos en Soria. La carne de aquí tiene una calidad excepcional para poder generar un buen producto”.

Una nueva etapa

La idea, en un principio, era quedarse en Ferrol, “pero tuvimos problemas con el local”. Ambos aseguran que después de percances con el suministro eléctrico o inundaciones, “se nos estaba yendo la ilusión” y en la ciudad naval “no teníamos más opciones. Los locales necesitaban mucho trabajo para poder empezar a funcionar”.

Y, de ahí, a Narón, todo por “recomendación de nuestros clientes”.  Allí encontraron el establecimiento en el que están trabajando desde julio del año pasado, y aseguran que “estamos súper contentos”. 

Desde los torreznos a los caracoles, está todo presente en su carta, y aseguran que “nuestra gastronomía se ha acogido con los brazos abiertos”.

Los clientes que tenían en su primer local han sido fieles a pesar del cambio, quizá por el diseño de una carta que cumpla con los requisitos de los más exigentes o puede que sea por los productos de primera mano que se suceden en los fogones, con Palomo al frente. El servicio de Muñoz podría ser otro aliciente.

Sea como fuere, esta pareja ha hecho de un local naronés un rincón más que especial para todos aquellos que quieran hacer un pequeño viaje sin necesidad de aviones, simplemente trasladándose durante un rato a una tasca soriana.

A futuro 

Las valoraciones de este nuevo comienzo son, sin duda, “más que positivas”, lo que demuestra la gran cantidad de reservas a las que se enfrentan semanalmente.

Este restaurante, además, cuenta con una parrilla abierta que, además de ser la especialidad del único chef del negocio, permite ver cómo Palomo se pone manos a la obra, dando así, una cercanía con el cliente, quien puede ver el proceso completo del plato que va a degustar. 

Ahora, y con los ojos puestos en un futuro, esta pareja apuesta en firme por quedarse en la comarca. O encontro do Soriano cambiaría de ubicación, pero en ningún momento se disiparon ni las ganas ni la energía, dupla más que necesaria para mantener el buen sabor de boca que les define.