El Concello de Valdoviño hacía unas semanas atrás un llamamiento a los vecinos y vecinas de la zona para recuperar la escuela unitaria da Ramalleira, en Pantín. La respuesta de los antiguos alumnos y alumnas o padres y madres de estudiantes, entre otros, no se hizo esperar y el pasado jueves se movilizaron hasta las instalaciones para comenzar con la selección y clasificación de la gran cantidad de material que había en el centro, “paso previo e imprescindible para conservalo  e poñelo en valor en paralelo á rehabilitación do inmoble”, explicó el Concello.

Así, el inmueble se llenó de recuerdos gracias a los participantes de esta jornada en la que, además, quisieron acordarse de Sabela Díaz, maestra del lugar que como aseguraron “revolucionou as clases co seu método”.

Después de casi dos décadas desde el cierre, el colegio recibió, por ejemplo a Gemma Dopico y Carlos Graña, un matrimonio que recordaba los estudios cursados por su hija en el centro, así como la implicación de la familia en las extraescolares donde se llevaban a cabo talleres de costura, cerámica o con mimbre.
Asimismo, recordaron aquella huelga en la que reivindicaban un ciclo medio en este espacio y que, como explicaron “valeulles unha carta ás familias coa ameaza de retirarlles a custodia dos seus fillos e sillas se os nenos e nenas non regresaban ás aulas”.

Los recuerdos

Entre libros y pasatiempos, también estaba Aurora Graña, que ingresó en este colegio con 5 años, en el 1966, y que años más tarde volvería pero, en esta ocasión, siendo profesora, colaborando en las jornadas literarias de la escuela. Curiosamente, más de uno de los asistentes recordaba este momento, como la actual concejala de Cultura de la localidad, Rosana García, o Lucía Ríos que en ese momento era estudiante.

Volvieron a recordar la figura de Sabela Díaz otros dos alumnos de la promoción de 1985, Carlos Vellón y Cristina Fernández, que revivían una etapa escolar única gracias a esta docente, "hoxe na boca e no corazón de todos".

Así, todos aquellos que tomaron parte en la vida de A Ramalleira hicieron piña en una jornada que no entendía de distinciones entre alumnado, padres y madres o profesionales educativos, ya que todos compartían la misión de recuperar la escuela de Pantín y que como enunciaban desde el ejecutivo local, mantiene la esencia que siempre tuvo la propia escuela, basada en la participación, implicación y compromiso.