El Racing desvía ligeramente esta semana su hoja de ruta liguera hacia la salvación por una Copa del Rey que, en la actual situación verde, queda por ver si es más una “molestia” o una ayuda en las filas ferrolanas.
Para el lateral Aitor Buñuel, y así también lo manifestaron varios de sus compañeros en declaraciones previas, " lo principal es la liga, es la prioridad, pero la Copa también es una competición bonita y en el momento en el que estamos nos puede ayudar también a cortar esa dinámica negativa de no conseguir victorias”, analiza el de Tafalla, “son partidos que le pueden dar otra cara al equipo, cambiar dinámicas” y que nadie dude de que “iremos a Barakaldo a ganar. Cada vez que nos ponemos esta camiseta tenemos que salir a defenderla con todo –él lo hizo con su propia cara, cabe recordar– y representamos un escudo importante”.
Así, con la localidad vasca como posible punto de avituallamiento de cara a recobrar fuerzas, sensaciones y, especialmente, puntería, el enmascarado Buñuel, asimismo multiposición en un esquema de Parralo obligado a mutar por la gran cantidad de bajas, tiene claro que el grupo local “va a salir con todo, van a tener una ilusión tremenda por pasar de ronda y juegan en casa”, comenta el futbolista, “siempre que te enfrentas a un equipo de superior categoría sales con ese plus de motivación. Tenemos que estar preparados para igualar su intensidad y llevarnos el partido”.
Y con la cuenta atrás como equipo para, primero, pasar a dieciseisavos de final de Copa y, segundo, volver a sumar de tres en liga, Buñuel tiene la suya propia para desvelar de nuevo su rostro, al menos sobre un verde en el que no juega “al descubierto” desde finales de octubre. “Me he adaptado bastante bien -a la máscara-, espero dentro de no mucho poder quitarla”, señala, “dentro de la incomodidad no me impide nada, me sirve para seguir jugando y me aporta esa confianza extra para llegar a los choques, a los duelos, sin miedo”.
Y precisamente sin miedo es como tendrán que salir tanto para el duelo copero como el domingo en casa ante el Oviedo, tras un empate ante el Eldense en el que “sumar fuera es positivo, pero en la situación en la que estamos necesitamos sumar de tres. Ese punto se valorará más si conseguimos la próxima victoria en casa”, es decir, ante los oventenses. Y ese triunfo pasa por volver a marcar.
Una responsabilidad en la falta de acierto, de llegada, que al igual que apuntó más recientemente su compañero Castro, se reparte a partes iguales entre todos los protagonistas y, asimismo, esperando “esa pizca de fortuna que hace falta a veces para que entre el balón y que cortemos esta racha negativa”.
Balones al palo, penaltis errados, lanzamientos fuera a portería vacía... que se traducen en ese desierto goleador por el que está atravesando la expedición verde, si bien en las filas de su tripulación “la confianza es plena. Somos conscientes de la situación y creo que existe ese margen de maniobra para salir de ahí, conseguir el objetivo. Todos estamos convencidos de que lo vamos a hacer y estamos trabajando para ello”, sentencia el de Tafalla.
Sin acierto, sin fortuna y casi sin recambios está peleando el Racing esta primera vuelta liguera, pero lo que sí que hay es “el sentimiento y convencimiento de que tenemos la capacidad y las ganas de sacar esto adelante. En el vestuario hay experiencia suficiente y jugadores que han pasado por muchísimas situaciones y a partir de ahí no nos queda otra que seguir trabajando, apretar todavía un poquito más y ese el camino para las victorias”, apunta Buñuel, evidente solución para “quitarnos ese nerviosismo y no caer en la desconfianza. Creo que estamos cerquita, se ha visto en los últimos partidos”. El Racing “ensayará” mañana en Barakaldo la intensidad de su compresión en el trofeo para extrapolar esa total intensidad que los verdes tendrán que desplegar el domingo ante el Oviedo.