“Hicimos callo”, describe el entrenador del Cartagena, Julián Calero, cómo vivió el equipo que dirige el estar casi siempre en la zona de descenso. Ahora, tras salir de estos puestos, las dos derrotas que viene de encandear lo mantienen en la zona de permanencia, pero el preparador advierte de que “el callo hay que saberlo manejar”. Así que, de cara a las trece jornadas de liga regular que quedan, anuncia que “tenemos que intentar hacernos lo más fuertes posible, sobre todo en casa, con nuestra gente, donde se va a certificar la salvación”.
Empezando por el partido que lo enfrenta esta noche al Racing, un equipo del que dice que “da gusto verlo jugar, da gusto ver cómo compite”. Calero explica que en estos momentos el Cartagena confía al máximo en sus posibilidades –“cuando vienes del infierno no puedes temer absolutamente a nada”, apunta–, así que de cara al partido de hoy adelanta que “a ver qué les proponemos que les puede hacer daño para intentar minimizarlas y, además potenciar nuestras virtudes durante el partido”. Es algo que resume al decir que “hay que saber vivir abajo”.
Calero está convencido de que el Racing va a ser un rival “muy, muy complicado”, sobre todo porque considera que el equipo ferrolano “tiene un estilo muy marcado”. Esa confianza en su manera de hacer se traduce en la tabla clasificatoria en los 44 puntos que ya ha sumado, una cifra que lo sitúa a los pies de la permanencia en Segunda. “El Racing está haciendo las cosas fantásticamente bien pero, sobre todo, está compitiendo francamente bien, muy bien”, dice.
En esta ocasión, en su vuelta a los banquillos tras estar dos partidos sancionado, Calero espera que el Cartagena que prepara empiece a corregir el déficit de puntos que tiene en los partidos en los que ejerce de equipo local.