“El que perdona lo acaba pagando”, así resumió José Luis Fontao, entrenador del Galicia Mugardos, el duelo que disputó su equipo ante el Negreira (2-0).
El conjunto mugardés fue el que propuso y tuvo la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, su rival fue el que puso los goles gracias a una mayor eficacia. “Robamos en zonas de peligro y eso nos permitía transitar y finalizar, pero no marcamos”, apuntó el técnico.
Aún así, su equipo dominó con comodidad la primera parte y dio la sensación de que podía anotar en cualquier momento. Con todo, al poco de empezar la segunda parte, el colegiado señaló un penalti dudoso que anotó Alberto Freire.
A pesar del duro golpe, el Galicia de Mugardos lo siguió intentando, pero tras una buena jugada del Negreira, encajaron el segundo y todo se desmoronó.
“Con el 2-0 sacamos un poco de orgullo para tratar de anotar un gol que nos metiese en el partido, pero no fuimos capaces porque no tuvimos eficacia”, se lamentó Fontao.