Los dos centrocampistas eran presentados el mismo día en que se habilitaban las nuevas altas y a ninguno se le pasaba por alto la abundante cola que se formaba en la oficina. "Que la gente de Ferrol esté tan cerca nuestra te da un plus de motivación y de ganas de comerte el campo cuando sales", compartía Aitor Gelardo del recibimiento por todo lo alto; el sentimiento era replicado por su nuevo compañero de equipo, Luis Perea, que hablaba de compromiso, "es importante que la gente este ilusionada y nosotros tendremos que responder en el campo".

Les acompañaba Manuel Ansede, que hace menos de un mes, durante la presentación de la nueva campaña de abonados, manifestaba su esperanza de alcanzar nuevas cotas de inscripciones para este año, un deseo que aquellos instantes estaba más que cumplido,  —con más de 9.000 abonados este lunes al mediodía—. "Es una satisfacción para nosotros el que haya esta respuesta, que la gente este motivada y que quiera seguir confiando en el equipo", proclamaba el presidente del club.

Antes de esta especial llegada a A Malata, el primer paso que trajo a estos futbolistas a Ferrol fue, para ambos, cuestión de "confianza". En el caso de Gelardo, sus lazos con Miguel Ángel Tena, actual director deportivo del Villareal, y con Chuca —"que es de cerca de mi pueblo", decía el nuevo jugador con una sonrisa— le aportaron tanto conocimiento de antemano a la hora de decantarse por el club, como el beneplacito de la entidad por las buenas referencias que esas figuras compartieron sobre él y por las que se sentía "muy contento y muy agradecido". 

Con todo, mencionaba que no había sido una decisión fácil: su trayectoria futbolística ha estado desde sus inicios ligada al Villareal, habiendo pasado por todos sus equipos.  "La llegada ha sido también un poco más fácil porque dentro del vestuario son como una pequeña familia", resaltaba el jugador.

Perea, por su parte, llega con ganas de reivindicar su fútbol, "de hacer la cosas bien y de trabajar" y contaba que "tanto Manuel, como Carlos, como el Míster me han transmitido mucha confianza y a la hora de venir eso ha sido importante". El rendimiento del club la temporada anterior y su familiarización con el lugar —el jugador recordaba que ya había jugado aquí con el Osasuna Promesas, además del intento frustado de ascenso con el Léganes a mediados de año— terminaron por inclinar la balanza a favor de la opción Racing.
 
 

Dos perfiles distintos
 

Uno es valenciano, por primera vez militando en Segunda fuera del Villareal; el otro, madrileño procedente del club pepinero; cada uno ocupará la parcela del medio campo con una misión diferente. 

Ambos han tenido ya oportunidad de salir al campo de forma oficial: Gelardo en el segundo tiempo del partido contra el Vila das Aves y Perea allí y en el último encuentro de la pretemporada, frente al Celta Fortuna; él fue de hecho crucial para el desenlace feliz del pasado sábado, como uno de los nominados para disparar en la tanda de penaltis.

De él destacaba Ansede su físico, madurez y juego aéreo, este último uno de los puntos pendientes del club tras el final de la temporada 23/24. Entre el tándem Naldo-Cabaco en la defensa, y Álvaro Giménez y Jauregi arriba, Perea, de más de 1,90 metros, es el último de los "gigantes" del Racing en unirse a la plantilla, encargado de contener y reducir al oponente. 

"Soy consciente de las características que tengo", decía "soy consciente del jugador que soy y estoy dispuesto a ponerme al servicio del entrenador para adaptarme, en segunda división el balón parado es importante, puede dar muchos partidos y creo que es una faceta que manejo y que es importante destacar", continuaba.

Aitor Gelardo se incorpora para contribuir tanto en el centro ofensivo como defensivo. Él mismo incidía en el hecho de que "el Racing juega directo, juega por banda y es un estilo que a mí me gusta. Ahora con muchas ganas y al ser nuevo adaptarme cuanto antes".

Comparten además posición con otros cuatro jugadores: Manzanara, Señé, Alex López o Álvaro Sanz son jugadores a tener en cuenta si quieren ganarse sus minutos en el césped. Esa sobreabundancia que el club buscaba será, en el caso del valenciano, una oportunidad para "aprender de ellos, porque son gente que tiene más experiencia que yo en la liga profesional".  

Perea consideraba que es lo óptimo, "la competencia es buena porque nos va a hacer trabajar tanto en los objetivos individuales como grupales", comentario que venía reforzado por el hecho de haberse encontrarse en el vestuario "a gente muy abierta, un grupo muy sano a la hora de trabajar y entendernos en el campo y fuera" confesaba, admitiendo que para el había sido una grata sorpresa. 
 

Ambos futbolistas se sentían listos para el inminente debut liguero, conscientes de que es imprescindible seguir trabajando para desenvolverse con soltura en una categoría como la de plata, con ganas de "ganarse los minutos" y "de demostrar de los que somos capaces".