La nave verde logra capear el temporal merengue

El Racing firmó un partido de arranque lento y final feliz
La nave verde logra capear el temporal merengue
Dorrio fue uno de los incansables en la primera mitad del encuentro, a pesar de que venía de disputar casi al completo los dos últimos amistosos l PALEO/EL PROGRESO

El abultado marcador de ayer en Cantarrana ante el Real Madrid Castilla (3-0) no debería despistar a nadie: la pretemporada continúa siendo para Parralo y su escuadra un terreno de pruebas en el que no todo cuaja. Todavía. Empiezan a vislumbrarse momentos, acciones combinadas y pequeñas brillanteces que parecen indicar lo que está por venir.


Una vez más, los límites entre Segunda y Primera RFEF parecían desdibujarse: el Castilla soportaba la presión y, pasados los primeros diez minutos de partido, estableció un monopolio casi absoluto del balón, con algún pase de final desafortunado entre jugadores del Racing, algo desconectados los unos de los otros. El área se mantuvo  bien custodiada en manos del nuevo tándem Naldo-Puric en aquellas ocasiones en que la escuadra rival hacía sonar las alarmas, con actuaciones destacadas de un Youssef que adoptó el papel de extremo para el conjunto merengue, aunque sin llegar a generar auténtico peligro. 


El marcador permanecía así desierto, con un Racing minimizado por el rival tras la línea de presión: Chiki y el debutante Jauregi —acompañado en la banda por Dorrio como mano derecha— apenas tuvieron oportunidades. Tuvo que ser Naldo, recién llegado y desde el suelo, quien puso la pierna para colarle una a Diego Piñeiro, guardameta de la portería rival, en el minuto 44.

 

 

Segundo tiempo, segunda oportunidad


Para la segunda mitad, Parralo barría casi por completo el rectángulo de juego, dejando en el campo tan solo al capitán, Manzanara y Puric. Optó por una configuración considerablemente similar al once inicial en el partido contra Ourense, y como si de una fórmula mágica —“mágicamente” concebida en A Gándara— se tratara, parecía que todo fluía mejor.

 

El gol que precedió al final de la primera parte amansó a los de Raúl González, mucho más descompuestos, tanto al desmarcarse de la defensa —muy sólida en todo el encuentro gracias a Naldo, Cabaco y Ruíz– como al enfrentar las iniciativas ofensivas que el Racing continuó produciendo desde las bandas. 

 

Volvió a ser clave el juego a balón parado, primer paso en las tres jugadas que culminaron con gol para los de la ciudad naval, esféricos que en la segunda parte salían de la bota de Alex López –balón que rebotaba en el amasijo defensivo merengue, entrando en propia puerta– y de la de Giménez, que definía a placer gracias a una asistencia de Nacho.

 

Tomando forma


Al término del partido, Brais Martinez se encargaba de compartir el análisis interno del encuentro. El jugador saltaba al campo en la segunda parte, algo más en forma que la semana pasada. “Persoalmente fáltame algo de ritmo, acabei o partido canso”, admitía, pero mostrándose satisfecho con la labor del equipo en el partido de ayer. “Melloramos respecto aos anteriores, somos máis xente adestrando, estamos pillando os automatismos, entendendo o que quere o míster”, añadía. 


Reiteraba que el equipo aún no está completo y que la comunión entre veteranos y recién llegados no es inmediata, pero sí una verdad eventual. Dedicaba de hecho unas palabras a la última incorporación y artífice del primer gol del partido, Naldo. “Xa sabiamos que era un xogador de nivel, dá de sobra en Segunda e vainos axudar esta temporada”. 

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