La lámina de agua de Caranza acogió durante el fin de semana una competición muy especial y en la que, si bien no había puntos en juego, lo que se ponía sobre la mesa era también de gran valor: la satisfacción de “superar” a la familia.

 La piscina ferrolana fue sede de esta cita organizada por la sección de waterpolo del Marina Ferrol, en la que los deportistas de la entidad, de todas las categorías, mostraban sus habilidades ante unos progenitores que, a pesar de la diferencia de edad y en algunos casos de forma, echaron el resto en el agua. 

Una jornada de diversión, deporte y confraternización –y sin lesionados de larga duración– en la que también estuvieron invitados deportistas del Waterpolo Rías Altas de A Coruña para disfrutar de esta iniciativa del club de la ciudad naval, el único, cabe recordar con esta disciplina en su oferta.