Llegó a su fin a racha de once partidos que el Racing llevaba sin perder. El Zamora rompió, a través de una victoria tan justa como exagerada en su marcador (1-3), la brillante serie que había aupado el equipo ferrolano a la tercera posición. No es que este tropiezo vaya a sacar al equipo ferrolano de la zona que clasifica para el playoff de ascenso a Segunda, pero sí le sirve para recordar lo difícil que va a ser el camino que pretende realizar con destino al fútbol profesional español.
No tardó mucho en ponerse en contra el partido para el Racing, que presentó varios cambios en su once titular –Quique Fornos suplió a Jon García en el centro de la zaga para protegerse de las acumulaciones de amarillas y Del Pozo ocupó en el centro del campo la vacante que dejó el lesionado Fran Manzanara–. El equipo ferrolano, así, se vio superado en los primeros minutos por un Zamora que creó varias ocasiones hasta que en la tercera Dongou, en una posición más que dudosa, remachó en el área pequeña un rechace.
Se puso entonces el Racing manos a la obra su busca de la remontada y a punto estuvo de neutralizar el gol rival inmediatamente después de encajarlo con un remate desde fuera del área de Dani Nieto que se estrelló en el larguero. Fue el inicio de un tramo de encuentro en el que el equipo ferrolano llegó con cierta facilidad a las inmediaciones del área rival, pero sin el acierto necesario para materializar en gol sus ocasiones –la mejor fue un cabezazo de Quique Fornos que fue a las manos del meta Pau Torres–. Al menos parecía que el choque pasaba a estar bajo control racinguista, pero una pérdida del cuadro verde en su campo permitió a Jorge Fernández recuperar la pelota y, con un disparo desde fuera de área, aumentar la distancia para los visitantes.
Más que difícil se le ponía en ese momento el encuentro al cuadro verde. Pero, a pesar de que enfrente tenía un rival que lo había estudiado perfectamente –de ahí que extremase las precauciones para frenar a Heber Pena y a Joselu, el tándem que ha guiado el peligro racinguista en las últimas jornadas–, no dejó de buscar la portería contraria a través de situaciones más o menos claras. Sin embargo, ninguna de ellas encontró premio.
Salió el Racing a la segunda parte dispuesto a darle la vuelta al marcador a través de una mayor intensidad en su juego. De ahí que el partido se jugase sobre todo en el campo del Zamora y más cuando Cristóbal Parralo arriesgó a falta de poco menos de media hora del final del choque y dio entrada a tres futbolistas de un marcado carácter ofensivo –Nathan Palafoz, David Rodríguez y Alayeto– para pasar a jugar con una línea de tres defensas y tratar de encerrar a su rival para intentar remontar el choque.
Pero no era el día del Racing, que no paró de intentarlo de todas las maneras posibles para reducir la desventaja primero, enjugarla después y acabar llevándose los tres puntos. Con el paso de los minutos, sin embargo, el equipo ferrolano no encontraba la manera de hacerle peligro a su rival y, por contra, empezó a tomar unos riesgos que su rival acabó aprovechando para anotar el tercer gol a su cuenta. Ahí se acabó la emoción porque, aunque el cuadro verde redujo distancias de penalti, el resultado no tenía discusión.