Detrás de tía Julita están Belén y Alfredo, un matrimonio que decidió darle una vuelta a su vida y transformar su vivienda en un espacio para eventos íntimos y personales. “Tía Julita nació en el año 2018, pero yo ya contaba con una amplia experiencia en el mundo de los eventos. Trabajé como wedding planner en otros locales. Mi marido, por circunstancias laborales, estaba en Madrid. Entonces decidimos darle una vuelta a nuestras vidas y transformar lo que era nuestra casa en un local para eventos”, afirma Belén Martínez.
En tía Julita realizan cualquier tipo de evento, desde bodas a retiros espirituales: “tengo un recuerdo maravilloso de una pedida de mano. Además, también celebramos bodas de oro, retiros espirituales, sesiones de yoga, talleres, reuniones o eventos de empresa. Un poco de todo”, añade.
La casa de la tía Julita es mucho más que un espacio. Es un proyecto que nace de la pasión de sus dueños por la decoración, la gastronomía, la naturaleza y la organización de eventos, que convierten esta singular edificación en lo alto de la ensenada de Ares, en un estilo de vida ligado íntimamente al movimiento slow.
Defienden el contacto con la naturaleza, y sobre todo la sostenibilidad, la naturalidad y el reciclaje: “todo nuestro mobiliario y las escenografías que creamos son muebles con alma, muchos están restaurados por nosotros mismos. La finca está situada en lo más alto de la ladera que bordea la ría de Ares, con unas vistas maravillosas que nos acompañan siempre. Contamos con la edificación madre, que sería la casa y una carpa exterior”, destaca.
Los eventos ínitimos, aquellos que cuentan con 120 o 130 personas como máximo, son sus favoritos. “Nos gusta que nuestros novios disfruten del momento, que no lleguen estresados a sus bodas. Nosotros buscamos que disfruten de la celebración, de su familia y de sus amigos desde el primer minuto. Nos gusta ponérselo lo más fácil posible. Además, somos decoradores y realizamos toda la logística de la boda, así como la asistencia al evento, que también es muy importante. Lo esencial es que disfruten de ese día y que hagan la boda que ellos desean”, añade la propietaria.