“Fue una locura, una auténtica pasada. Verlas, oírlas emocionarse... una jornada súper especial”. Así define Virginia Pérez Permuy la celebración de la 1ª Xuntanza de chicas de Magalofes, una iniciativa que sacó adelante junto a Belén Souto Calvete y que logró reunir a 133 mujeres de múltiples generaciones en una jornada que quedará marcada ya en la historia de la parroquia y que puede repetirse, dado el éxito de convocatoria.
“La idea surgió en mayo, por las Letras Galegas. Estábamos tomando un café en el local social y se comentó que un grupo de chicos que habían ido juntos al colegio habían organizado una comida. Fue entonces cuando dijimos: ¿y por qué no lo hacemos nosotras también? Decidimos no poner límites de edad, ni para arriba ni para abajo, e hicimos un grupo de WhatsApp para avisarnos las unas a las otras”, explica Pérez, que recalca que todas las asistentes, desde la más joven –Irene, de 15 años– a la más mayor –Chucha, de 91–, tenían algo en común: Magalofes.
“Muchas de ellas no se veían en años. Todas compartimos Magalofes, bien porque vivimos aquí o porque lo hicimos en algún momento pero nos tuvimos que ir... Fue muy bonito comprobar cómo lo vivieron las diferentes generaciones”, asevera.
La jornada se prolongó durante varias horas. Sin duda, uno de los momentos más emocionantes se vivió cuando las féminas entonaron, al unísono, la canción del reconocido artista José Luis Rodríguez ‘El Puma’ “Los amigos”.
“Los amigos así como tú, como yo/ De toda la vida/ Pocas veces se ven como tú, como yo /Y nunca se olvidan / Hoy regreso hasta aquí / Y sin querer me cruzo contigo/ Me da gusto decirlo/ En esta tierra vive un amigo.” Así comienza esta pieza musical que las chicas de Magalofes modificaron en género. “Nosotras cambiamos la letra por ‘amigas’. La verdad es que se nos pusieron a todas los pelos de punta. Fue, sin duda, uno de los momentos más emocionantes de todo el día”, explica Virginia Pérez.
Pero las sorpresas no terminaron ahí. Las organizadoras prepararon “un detallito” para cada una de las presentes, que les ayudará a recordar la jornada que vivieron. “Les dimos un lápiz con unas semillas dentro. Cuando terminas el lápiz, lo puedes cultivar y así, cuando vean florecer la planta, rememorarán la Xuntanza”.
Las organizadoras del evento quisieron tener un gesto de cortesía para las mujeres de Magalofes que ya no están. “Hicimos unos centros de flores para las ausentes. También para las que no pudieron venir por enfermedad, que sabemos que más de una quería estar presente. Además la más mayor y la más joven recibieron también un ramo”, comenta.
Además, las asistentes no quisieron dejar pasar la oportunidad de agradecer a Virginia y Belén el trabajo acometido para reunirlas a todas. “Nos regalaron una caja de flores preciosa y la asociación de vecinos nos entregó un pergamino personalizado a cada una, para que fuésemos un poco conscientes de lo que acabábamos de hacer. Esto era algo que la parroquia nunca había vivido”, indica.
Pero la música del ‘Puma’ no fue la única protagonista de este reencuentro femenino. “Contratamos a un cuarteto de música tradicional que apareció por sorpresa en el postre”. Previamente, las más de cien mujeres disfrutaron de un cátering que incluyó aperitivos, carne, sobremesa y champán para brindar.
Las organizadoras de este encuentro remarcan el carácter colaborativo del evento. “Belén y yo hicimos un poco lo que pudimos con los medios que teníamos. Un vecino nos dejó el altavoz para poner la música para el baile; el cura de la parroquia, Benjamín, nos cedió el micrófono y la asociación de vecinos nos ayudó a montar las mesas y conseguir la gran cantidad de sillas que necesitamos para la comida”, apunta Virginia Pérez.
“As chicas de Magalofes dámoslle a noraboa e os parabéns en maiúsculas ás organizadoras pola iniciativa, esforzo, traballo e dedicación”, afirma una de las asistentes a una Xuntanza, la cual ansían ya repetir para compartir vivencias desde la amistad y la sororidad.