Una vez más el ocio nocturno debe echar el cierre por culpa de la pandemia, y en esta ocasión a las puertas de una de las celebraciones más importantes para el sector como la fiesta de Nochevieja. De tal modo, tampoco este año se podrá festejar en salas de fiestas o locales de copas la llegada del nuevo año, ya que las nuevas restricciones impuestas por la Consellería de Sanidade ante el avance de esta nueva ola de contagios lo hace prácticamente inviable.
Si hace unos meses el sector se preparaba para retomar estas celebraciones adaptándose a una serie de limitaciones para garantizar la seguridad de los asistentes, las nuevas directrices de la Xunta han vuelto a poner en jaque a un sector duramente castigado por esta pandemia como el de la noche. Y es que con las nuevas medidas restrictivas aprobadas las salas de fiestas y pubs deberán cerrar a las tres de la madrugada (inicialmente se decretó que abrirían hasta las dos pero el sector logró sacar una hora más), un horario que para muchos es iniviable. “Imposible rentabilizar una fiesta de dos horas de duración, ya que lo habitual es que empiece sobre la una de la madrugada”, aseguraba el empresario de la noche pontés Juan Trastoy , uno de los socios de la sala Ink, que ayer se mostraba especialmente apesadumbrado por el giro que han dado los acontecimientos. “Esto no lo esperábamos, pensábamos que no volveríamos a pasar por lo mismo con la vacuna, la verdad es que para tirar la toalla, le quita las ganas a cualquiera de seguir adelante”, expresaba Trastoy quien todavía no era capaz de valorar cuanto dinero puede llegar a perder por este nuevo cierre al que se han visto abocados tras las nuevas medidas impuestas por la administración autonómica, que implica cancelar actuaciones y renegociar contratos.
Aunque algunos locales de la ciudad llegaron a sugerir durante el día de ayer un posible adelanto de la fiesta de fin de año a esa misma jornada de miércoles, finalmente imperó el sentido común. Cientos de jóvenes tenían ya sus entradas compradas para una de esas fiestas, la de la sala West Theatre, que ayer gestionaba con los agraviados por la cancelación de la cita la mejor vía para recuperar su dinero, que gestiona la plataforma Boulevard, “que no es responsable de la cancelación del evento y por lo tanto de la obligación de devolver el dinero”, como ellos mismos aseguraban ayer. No obstante tranquilizaron a sus clientes ofertando vías para canjear el precio de las entradas.
Juan Trastoy, socio de la sala naronesa Ink, no daba a basto ayer para atender las llamadas de la gente para solicitar la devolución de sus entradas (sobre 1.000) para Nochevieja. “Ya ni sé las llamadas que hemos atendido hoy (por ayer), y eso que nosotros no gestionamos las devoluciones directamente, lo hace la empresa de venta de tickets. No obstante, que nadie se preocupe porque todo el mundo recibirá su dinero, pero estas cosas llevan unos días”, añadía el empresario.
Otros locales de copas como Bátaba, en Canido, han apostado también por echar el cierre estas jornadas y, lamentablemente, seguir sumando días de cierre este aciago 2021.