Los vecinos del barrio de A Magdalena pueden ya dormir tranquilos tras la localización, a primera hora de la noche, de la boa desaparecida de una vivienda de la calle Galiano. Tal y como habían anticipado el experto en ofidios Ángel Manuel Rico y la Policía Local, el animal permanecía en el inmueble escondida.
“Apareció dentro de la vivienda en un estado de letargo por los días que llevaba sin temperatura”, explicó el especialista, señalando que, tras su localización, se procedió a ayudar al animal a recuperar la normalidad mediante un baño de agua tibia y un par de inyecciones. Uno de los puntos que recalcó Rico, especialmente ante la alarma social provocada por el suceso, es que el tamaño de la boa es de 1,48 metros y pesa 3,4 kilogramos; unas proporciones muy alejadas de las que inicialmente se habían trasladado.
“Cuando supe que era un macho tuve claro que era imposible que fuese de dos metros”, señaló el experto, confirmando que, efectivamente, era de la variedad constrictor imperator, pero alertando de la facilidad de encontrar datos falsos en internet. En cuanto al lugar en el que se encontraba, Ángel Manuel Rico explicó que se encontraba en una caja de una de las estancias –la misma se había revisado horas antes, pero como el animal se estaba moviendo por el piso, en aquel momento estaba vacía–.
En cualquier caso, ya a comienzos del día, con el retorno de la familia al inmueble tras unos días en Cádiz, desde la Policía Local se trató de calmar a la población, especialmente tras la rápida propagación de bulos por las redes sociales –se llegó a señalar que el animal era más grande de lo que se había detallado–. De este modo, como apuntó Rico, el animal vuelve a estar seguro en su terrario y sus propietarios “muy contentos” de haberlo recuperado. Y, con ello, la vecindad puede dejar al fin de tomar medidas, quizás exageradas, como poner pesos en el inodoro. suceso.