El invierno no suele ser época de preocupaciones por la escasez de agua en Galicia. Y este año no es la excepción. Después de un otoño muy lluvioso, el invierno mantiene la tónica habitual. Con esta situación, los embalses han comenzado el año en muy buenas condiciones. De hecho, el de As Forcadas, que abastece a la ría de Ferrol, está en la mejor situación de la última década, con una ocupación del 84,21% y un volumen embalsado de 8,33 hectómetros cúbicos. Solo en 2012 los números fueron mejores, con un 84,5% y 8,36 Hm3, prácticamente igual que en la actualidad.
Son los datos del primer boletín hidrológico del año, que publica semanalmente Augas de Galicia, haciendo un seguimiento de los embalses para el abastecimiento y de los que se utilizan para la generación de energía eléctrica. En este último apartado figuran los dos de As Pontes, el de A Ribeira y el del Eume, explotados por Endesa. En el primer caso la ocupación es del 69,47% (22,76 Hm3), mientras que en el del Eume, el segundo de mayor capacidad de Galicia, por detrás de Portodemouros, es del 96,68% (117,69 hectómetros cúbicos).
Estos buenos datos no son, sin embargo, los máximos de la temporada, que se dieron en el otoño, cuando As Forcadas llegó a un 84,36% de capacidad y el embalse ubicado en As Pontes alcanzó el 100%, lo que supuso, a principios de noviembre, que hubiese que abrir las compuertas para dar salida al agua acumulada.
Las cifras del total de embalses de la Demarcación Galicia Costa están por debajo de la situación que se daba el año pasado en estas mismas fechas. Aun así, desde mediados de octubre, se está por encima, con creces, de la media de ocupación de los últimos diez años.
En el boletín de este 2 de enero figura que los embalses de abastecimiento están al 72,12% de su capacidad (más de un 10% por debajo de la situación que registra As Forcadas). En el caso de los de aprovechamiento hidroeléctrico o industrial, la media es de 88,9%, quedando el del Eume también por encima, mientras que el de A Ribeira, que afecta al mismo río, no llegaría a esa cifra.
Lo que no varía con el tiempo en el embalse de As Forcadas es la presencia de cianobacterias. Está en alerta por esta causa desde el 17 de marzo de 2021. Los niveles cambian a lo largo del año, multiplicándose en el verano, por el efecto de las altas temperaturas, la irradiación solar y la bajada del nivel del agua.
Los análisis de diciembre contemplan una situación en la que se entraría en los rangos normales, aunque los problemas en el embalse están ya cronificados y afectan incluso al arroyo que desemboca en la playa de Vilarrube, en el que se restringe el baño.