En las fiestas populares, en una feria o en muchas romerías el aroma inconfundible del pulpo cociéndose en enormes ollas es una apuesta segura para disfrutar de una buena ración. Ahora, y desde hace casi una década, ese olor es perceptible, también, en muchos barrios de Ferrolterra. Viene de la mano de Landeira Pulpeiros, una empresa que ha hecho de la tradición su bandera y que recorre cada semana múltiples establecimientos hosteleros para ofrecer este delicioso manjar.
Es posible encontrar esta pulpeira, entre muchos otros locales de la zona, en Café Bar El Cruce (Castro) o Cervecería La Perfecta (Piñeiros), en Narón; Café Mac o Café Aroma, en Ferrol; Hotel Cafetería A Torre do Lago, en Valdoviño; o Bar Ubaldo (Balocos), en Moeche. Lo mejor para conocer su ubicación cada semana es visitar sus redes sociales.
Al frente se encuentra el carballinés Paco Valeiras, vecino de Canido desde hace ocho años. Explica que el secreto de su éxito es “primero, dar un buen producto y, segundo, tratar bien a la gente. Esa es mi filosofía de trabajo”, comenta el pulpeiro, que asegura que su profesión “no solamente es un negocio, es una forma de ver la vida, de vivirla. Es algo que me tiene enganchado durante todos estos años y, mientras haya salud, ahí andaremos trabajando en la zona de Ferrol”.
En la temporada invernal, Landeira Pulpeiros puede llegar a preparar entre 400 y 500 kilos de cefalópodo a la semana, una cantidad que se incrementa con la llegada del buen tiempo. “El último verano hice unos 1.100 kilos por semana. En estos momentos ya tengo la agenda preparada y el punto de inflexión será la Semana Santa. De ahí, hasta que finalice el verano. Creo que esos 1.000 kilos se van a quedar cortos este año”, comenta Valeiras, que añade que también “hacemos bodas y eventos privados. Hay fines de semana en los que estamos en dos sitios por día”.
Parte del éxito de Landeira Pulpeiros reside, también, en el coste de sus raciones “bondadosas”. “Ahora la tendencia es a subir. Es uno de los productos alimenticios que más se está consumiendo y tenemos que ajustar el precio. Los pulpeiros trabajamos en función del volumen de las ventas, no es como en un local de hostelería en el que te tienen que cobrar más porque no venden tanta cantidad. Tenemos que jugar un poco con eso. Muchas veces aguantamos meses sin sacar beneficio porque no puedes andar subiendo la ración constantemente.”
El boca a boca parece haber funcionado en una zona, explica Paco, en la que fue complicado comenzar. “Como me dijo una vez un cliente, que ahora es amigo mío, aquí hay que hilar muy fino porque los vecinos siempre tienen un pulpo en un congelador o alguien a mano al que comprárselo. No es lo mismo que trabajar en el interior de Galicia. Por eso, cuando veo que he despachado 500 kilos a la semana, creo que estoy trabajando muy bien”.
La presencia de Landeira Pulpeiros en los establecimientos de la comarca es un “win-win”. “Voy a muchos locales que no dan comidas, pero también a otros que sí las ofrecen. Creo que es un incentivo también para ellos, porque mucha gente que quiere comer una ración de pulpo, luego se anima también a tomar otra de raxo. Es una forma más de atraer a la gente”, explica el carballinés.
Junto a él trabaja codo con codo con su compañera, Eva. En verano el refuerzo llega de la mano de “Iván, que ya lleva cuatro años con nosotros”. Además, otro profesional de O Carballiño les echa una mano en los momentos de más volumen de trabajo. “Algún sábado o domingo viene Pepe. Invito a toda la gente a que se pase porque, además de comer una buena ración, es un auténtico espectáculo verlo trabajar”.
Para manejar cantidades tan elevadas de pulpo, Valeiras cuenta con dos distribuidores. “En ese sentido, nunca tuve problemas para conseguirlo. Trabajo con dos proveedores. El principal tiene la cámara frigorífica en Portomarín y suministra fundamentalmente a pulpeiros”, comenta.
Sobre el origen de los cefalópodos, explica que “el pulpo de las rías no llega para la demanda que hay, por lo que no podemos depender del gallego para trabajar. Hay que irse a otros caladeros más grandes, como los de Mauritania o Marruecos, para conseguirlo”. Se trata de una práctica, apunta, “que lleva ya muchos años haciéndose”.
Ante las reticencias de los consumidores de la comarca, “muchos son marineros o con familia en ese sector”, sostiene que “nunca oculté ni engañé a nadie en ese aspecto. Mucha gente viene después de comer a felicitarme por lo rico que está y me pregunta si es de Camariñas o Cedeira. Les digo que es de Mauritania y se quedan extrañados. El pulpo gallego es muy rico, por supuesto, pero el de aquella zona también lo es”, asevera, poniendo el foco, además, en que “mucha gente piensa que es más barato. Pero la escasez del de aquí afecta al precio del de allí”.
Procedencia aparte, Landeira Pulpeiros seguirá dejando un muy buen sabor de boca en los vecinos y vecinas de Ferrolterra, gracias a su buen hacer y a la pasión por su trabajo.