Organizaciones como el Banco de Alimentos no podrían sostenerse si no es gracias a la labor del voluntariado, el alma de las entidades sociales. Por eso, la institución se prepara ya para la Gran Recogida de Alimentos del próximo mes de noviembre y para ello necesitan revisar la cartera de colaboradores. Una labor de la que se ocupan los coordinadores de zona, que son los responsables de movilizar a todos estos voluntarios en cada municipio o lugar y, a ser posible, renovar el número de ellos.
Asegura Manuel González, presidente de la delegación ferrolana del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial), que “todos los que estamos aquí somos jubilados”. Él entiende perfectamente que son ellos quienes más tiempo tienen para dedicarse a los demás, pero anhela poder contar con gente joven también.
“Es cuestión de organizarse, ya que el tiempo que se dedica no es demasiado, somos muchos y nos repartimos bien el trabajo”, indica. Explica además que sin voluntarios no sería posible hacer su labor. En cada campaña de recogida de alimentos se moviliza a un número de ellos para que estén presentes en las tiendas y supermercados. “Se organizan los grupos en función del tiempo del que disponga cada uno, cubriendo todo el horario de apertura del espacio, y suelen hacer falta del orden de las veinte personas, haciendo turnos de una o dos horas”, explica el responsable del Banco de Alimentos local.
Balrial no hace entregas de alimentos directas, son las ONG las que solicitan los víveres en el centro logístico, situado en el polígono de A Gándara, y los entregan a sus usuarios. “En la actualidad damos servicio a algo más de una quincena de entidades sin ánimo de lucro”, precisa Manuel González, quien hace un llamamiento a la población para implicarse en la labor del centro y animarse a colaborar.