No solo son "dulces" las Pepitas en las letras de las canciones ferrolanas, sino que también tienen su equivalente edulcorado en las confiterías: los bicos. Estos pastelillos de chocolate con bizcocho y cítrico son típicos de la fiesta y no han faltado tampoco en las calles este lunes, víspera de San José, cuando las rondallas recorrieron A Magdalena.

Sin embargo, a pesar de su popularidad, no todo el mundo sabe de dónde salió esta creación y por qué se ha ligado a Las Pepitas. Para encontrar su origen, tenemos que remontarnos a mediados de la década de los noventa, cuando la Asociación de Empresarios de Hostelería de Ferrol y Comarca quiso dar un impulso a la tradición ferrolana.

El que ejercía por entonces de presidente de la entidad, Francisco Rivera, el mismo que regentaba Casa Rivera y que es un gran amante de las rondallas, se puso en contacto con la Escuela de Hostelería de Pontedeume para encargarles la creación de un dulce que podría repartirse en bares y restaurantes el 18 de marzo.

La profesora Elena Peleteiro fue quien se encargó de capitanear al equipo y elaborar este pastelillo a base de bizcocho de cacao, crema de naranja, cobertura de chocolate negro y una decoración a base de chocolate blanco y azúcar.