Los fuertes vientos de hace unos días causaron o acrecentaron los desperfectos de instalaciones municipales, tanto deportivas como culturales. Estos días han sido las lluvias las causantes de auténticas inundaciones en infraestructuras como el centro cívico de Caranza y ayer mismo el parque de Bomberos se convertía en casi una piscina en la que los efectivos tuvieron que hacer tanto uso de la fregona y los cubos como de su instrumental real de trabajo.
Los bomberos llevan tiempo denunciando el estado del parque municipal de A Gándara, que requiere de una actuación en profundidad. Así, el pasado mes de agosto comenzaron unas obras, con una duración de cuatro meses, en las que se preveía el cumplimiento de las demandas de este colectivo.
De este modo, con un presupuesto superior a los 270.000 euros se incluyen trabajos como la sustitución de carpinterías exteriores del edificio principal, la renovación de puertas de acceso, ventanas exteriores, la sustitución de la galería de la fachada o las puertas del garaje. También se contempla el pintado general de las tres fachadas, la reforma interior de habitáculos como la cocina o las cinco estancias para guardar la ropa de intervención.
Sin embargo, como explica el delegado de CCOO y bombero, David Rial, tres meses después, “está todo por hacer”. Si bien es cierto que los trabajos sí que comenzaron, afirman que prácticamente “solo pintaron la torre de prácticas y unas puertas, que ni siquiera quedan bien”.
La reforma de la cocina implica múltiples molestias para aquellos efectivos que se encuentran en el parque y que deben “vivir” allí su jornada. Así, Rial afirma que se les dijo que iban a poner un cátering mientras reparaban la cocina y ahora ya se habla de colocar una “provisional”.
Portalones, ventanas, etc. son todavía asignaturas pendientes en una obra que debería estar lista antes de que acabase el año.
Pero lo más significativo es, sin embargo, que esta reforma que como manifestó en su día el concejal de Obras e Servizos, José Tomé, “da cumprimento ás demandas dos bombeiros”, deja fuera de la actuación la cubierta de las instalaciones.
De este modo, no se solventa uno de los problemas más destacados del parque municipal, las filtraciones constantes de agua.
La zona de las taquillas es un filtradero de lluvia y los propios bomberos han ideado fórmulas “caseras” para paliar los problemas, y hasta han colocado un tubo desde donde cae el agua hacia un cubo para ir recogiendo el agua de la lluvia.
El pañol, donde guardan el material que deben usar para prestar irónicamente, atención a quienes sufren inundaciones o desprendimientos –entre otras tareas– es también un coladero, que deben proteger con plásticos.
Las humedades se asoman a simple vista en un recorrido por las instalaciones con solo elevar la vista hacia los techos y apenas hay cubos suficientes para hacer frente a las goteras.
Una de las cuestiones que más afecta a los integrantes del parque es también el estado en el que se encuentra la zona del gimnasio.
Hacer un entrenamiento y pasar la fregona a continuación es ya una práctica habitual en estos días, asegurando, además, que “no podemos realizar muchos ejercicios por riesgo de deslizamiento, porque por mucho que pasemos la fregona con este tiempo no da un respiro”, explican.
Desde la representación sindical en el Concello, recuerda David Rial, se han llevado estas demandas a mesas de negociación, comités de seguridad y salud laboral, pero la situación no parece todavía tener visos de solución, ya que el parque está en obras y los problemas actuales no se incluyen en estas actuaciones.
Una inspección de trabajo ya había dado cuenta de las necesidades de las instalaciones y por eso se procedió a la realización de la intervención que, a todas luces, no será suficiente para paliar los problemas que arrastran desde hace muchos años este parque.
Hace ahora diez años los Bomberos de Ferrol “saltaron a la fama” con los vídeos en youtube denunciando el estado de sus instalaciones de modo irónico, emulando el vaso de una piscina, al que se lanzaban los bomberos y que no eran sino espacios anegados por las filtraciones de agua. El tiempo ha pasado y pese a que se han hecho diversas obras a lo largo de los años, la situación no parece haber mejorado mucho.
Otra de las reivindicaciones de estos profesionales, la de aumentar el número de efectivos, parece, sin embargo que está llegando a mejor término, ya que se encuentra en proceso de desarrollo el concurso para la adjudicación de ocho plazas de bombero para las que se han presentado más de 200 personas.