La Diócesis busca voluntariado para atender la nueva casa de acogida para la reinserción de presos que empezará a funcionar en el mes de septiembre. A través de la pastoral penitenciaria y de Cáritas, se ha gestionado la habilitación de una pequeña casa con tres habitaciones, un salón de estar, cocina y baño que podrá estar disponible en torno a la festividad de la Merced (patrona precisamente de los presos). “Non ten luxos pero reúne as condicións para cumprir unha función educativa no ser e no saber estar e aprender a xestionarse neses tres ou cinco días”, explican sus promotores.
Estas casas de acogida se ofrecen a las personas encarceladas cuando ya han cumplido la mitad de sus condenas y empiezan a disfrutar de permisos de tres a cinco días para preparar su vida en la sociedad fuera de la cárcel. “Cando saian, xa non é igual nin a mesma que deixaron. Moitos deles xa antes non estaban adaptados”, comentan desde la pastoral penitenciaria.
En Ferrol no existía hasta ahora ningún espacio de este tipo, especialmente pensado para quienes no tienen una familia de arraigo. Ya las hay, sin embargo, en A Coruña, en Ourense –"que ten unhas experiencias de nova creatividade con moi bos resultados para presos, familiares, vítimas e veciñanza"–, Lugo –"unha das primeiras que entrou en funcionamento e que agora atópase a un paso de volver abrir despois dun período de escaseza no voluntariado”– o en Santiago, con quien se ha dialogado para preparar la experiencia en la ciudad y solventar dudas.
En Ferrol, la falta de un espacio de este tipo era una necesidad demandada por los colectivos sociales y por la pastoral penitenciaria. De hecho, personas que tienen su residencia en la comarca de Ferrolterra, procedentes de la cárcel de Teixeiro, no podían realizar sus permisos en la zona al carecer de lugares e instituciones de acogida.
La pretensión es que voluntariado de la Diócesis y Cáritas pueda apoyar este nuevo recurso social. “Faise un chamamento ao pobo de Ferrolterra para a creación dun grupo grande de persoas que axuden a crear esperanza e opinión favorábel”, indican, y recuerdan ejemplos de solidaridad como Asfedro o la Irmandade de Doadores de Sangue. “Ambas naceron do pobo ferrolán e están a prestar unha axuda inestimábel”.
Se precisa una docena de personas “que teñan vocación e calidades para unha sinxela tarefa de titorías facilitadoras ata que todo vaia tomando rumbo”. No será una tarea complicada ni requerirá excesivo tiempo, aunque sí una presencia, por turnos, que no resulte gravosa. Calculan en torno a dos horas al mes. “Todos valemos”, añaden.
La pastoral penitenciaria trabaja con las personas privadas de libertad en las cárceles de Teixeiro (Curtis) y de Bonxe (Outeiro de Rei), en las que hay reclusos procedentes de la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Además, promueven diversas actividades para acercar su realidad a la sociedad. Entre ellas, el coloquio celebrado hace unos días en el Centro Cívico de Canido bajo el título “O cárcere: Outro modelo de resocialización é posíbel”, en el que participaron Cristina Pereiro y Sandra Cereijo, de Cáritas, y el sacerdote y capellán de la pastoral penal, Xaquín Campo.