La adjudicación a la empresa Eulen del contrato de limpieza de las dos primeras unidades de la serie F-110 parece ser ya una realidad. Así lo confirmó esta mañana el secretario xeral de Industria de CCOO Galicia, Víctor Ledo, que señaló en una rueda de prensa que la parte social era "conocedora" de esta decisión, pese a que aún no ha sido publicada en la Plataforma de Contratación del Estado.
Ledo mantuvo a las puertas del astillero ferrolano un encuentro con los medios para explicar qué supondría esta adjudicación al personal de la empresa Mainfer tras ser denegada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) la impugnación de los pliegos del encargo al no contemplarse el derecho de contratación del colectivo. Como ya había denunciado el sindicato semanas atrás, al no incluirse la mencionada cláusula en el proyecto, se pone en riesgo el futuro de estos trabajadores, todos ellos con un mínimo de 20 años de experiencia, que terminarían en la calle.
Asimismo, Víctor Ledo avanzó que, a día de hoy, hay abierto un proceso de alegaciones administrativas por parte de "otro pujante", con una duración de entre 15 días y un mes, pero que "ya se pone de manifiesto" que finalmente será Eulen quien se haga con el contrato, por lo que se espera que las labores comiencen entre finales de agosto y principios de septiembre. A este respecto, el secretario xeral incidió en que se continúa estudiando el tema con Navantia pese al rechazo de la impugnación por parte de la SEPI.
Así, una vez la adjudicación se haga oficial, manifestó Ledo, desde la parte social se presentarán "las demandas pertinentes" tanto en el modelo de conflicto colectivo, como de forma individual. De igual modo, desde el colectivo se advirtió de que "no le van a consentir" a Eulen realizar las labores con trabajadores que no sean los de Mainfer, por lo que, cuando se conozca la fecha de inicio de las mismas, se celebrará una asamblea para decidir qué acciones de protesta se llevarán a cabo "sin descartar ninguna".
Esta situación se produce, además, apenas un mes después de que Navantia rescindiese el contrato de Eulen para el mantenimiento de las instalaciones de Ferrol. Respecto a esto, Víctor Ledo apuntó a que "desde un punto de vista sindical y ético es un sinrazón", criticando además que dicha anulación viene derivada de un conflicto laboral con los trabajadores y no al incumplimiento de las condiciones del encargo que la parte social denunció en numerosas ocasiones.
No obstante, el secretario xeral explicó que, abordando este tema con Navantia, el grupo naval señaló que se trataba de "dos contratos diferentes" y que "por el estado avanzado de la adjudicación", jurídicamente no era posible dar marcha atrás. A esto respondió Ledo incidiendo en que, si el problema había sido un conflicto laboral, la empresa debe tener en cuenta que en cuanto las labores comiencen habrá otro al no haber sido solucionado el primero.