“Un piano, un pianista y yo” es el proyecto más intimista de Coque Malla, con David Lads a las teclas, que empezó a girar el mes pasado y este mismo sábado, a las 20.30 horas, parará en el Auditorio de Ferrol. El concierto incluye “unas cuantas rarezas”, tal como denominó el cantante a aquellos temas que no tiene sentido tocar en los grandes festivales, especialmente dedicados al “superfan”, aparte de los éxitos imprescindibles.
¿Qué valora del trabajo a dúo?
Me alegro mucho de hacer estos conciertos. Aparte creo que es una manera de llegar a la esencia más profunda y pura de la canción, que está desnuda, no hay grandes efectos ni musicales ni lumínicos ni nada, solo la voz y la armonía con la que yo la compuse. Es una manera de volver a ese origen y también es un placer físico, cantar sin tocar ningún instrumento y sin que haya otros haciendo interferencias entre mi chorro de voz y la canción.
¿Cambia mucho el proceso?
Venimos de hacer muchos conciertos, con el mismo show, la banda... y de repente, hacer un espectáculo nuevo siempre es super estimulante. Lo estaba pensando hace un rato: ¡cómo me apetece! Después de todo un año haciendo el mismo repertorio, puede llegar a ser un poco rutinario. Esto le da una frescura y una novedad otra vez que me siento como excitado. No quiere decir que no lo sienta cuando vamos con la banda, pero se renueva totalmente la excitación y la sensación de aventura artística.
¿Qué es lo que conduce a crear este proyecto?
El origen fueron unos conciertos, aunque en realidad no se podrían llamar así sino con ese anglicismo de “showcases”, que hicimos para la promoción de “Aunque estemos muertos”, el último disco. Esos mini conciertos, de tres o cuatro canciones, decidí hacerlos a piano y voz por cuestiones prácticas, para ahorrar llevar guitarras y simplificar la logística. Y disfruté tanto, de cantar, de mi voz, de no estar pendiente de la guitarra, del tempo... Y decidí, para el invierno, hacer teatros con ese formato, para disfrutar en un concierto entero esa manera de llegar a la canción. Aunque es cierto que ya hemos hecho algunas actuaciones a dúo, tampoco es una “marcianada”.