La crisis de Alcoa continúa siendo uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao en términos de actividad. La caída en la bauxita y la alúmina, componentes primarios para la fabricación de aluminio y principales tráficos de las dársenas lucenses, siguen arrastrando unos resultados que, de forma independiente, son notablemente positivos para la ciudad naval.
Esta coyuntura se refleja en el último informe elaborado, aún con datos provisionales, por el organismo que preside Francisco Barea, correspondiente a los tres primeros trimestres del año. Y es que, de forma bastante excepcional, desde la entidad se ha optado por analizar la situación de ambos puertos, Ferrol y San Cibrao, para mostrar la gravedad de la situación y el gran impacto que está teniendo en los movimientos globales de la Autoridad.
Así, desde el ente portuario se señaló que, aun en un contexto “de contracción del movimiento de mercancías en el conjunto del sistema portuario español”, la ciudad naval cerró el período con un incremento en su actividad del 11,27% –pasando de las 4.165.880 toneladas en los tres primeros trimestres de 2022 a las 4.634.678 en este ejercicio–. En este sentido, el organismo compara este resultado con el del sistema en su conjunto, que a 30 de agosto registraba una caída del 4,1%.
A nivel de sectores de actividad, la mercancía general ha sido la que experimentó un mayor incremento porcentual, del 13,9% (800.898 toneladas); mientras que los graneles líquidos lo hicieron en términos de volumen, con 2.734.470 toneladas (un 10,5% más). Los sólidos, otrora la principal área de negocio de la Autoridad Portuaria, aumentaron un 11% hasta las 1.099.310 toneladas.
Estos más que destacables resultados contrastan enormemente con los del puerto de San Cibrao, donde la caída en la actividad alcanza el 60,65% en los primeros nueve meses del año, pasando de los 4,7 millones de toneladas en 2022 a 1,8 este año. De este modo, en el conjunto de los dos puertos que gestiona el organismo, el descenso se situó en el 26,78% –de 8.842.566 a 6.474.946 toneladas–.
En cuanto al ránking de mercancías, el Gas Natural Licuado (GNL) lidera el listado, con un total de 1,5 millones de toneladas movidas –un incremento superior al 22%–, seguido de la bauxita (1.204.692, un 63,65% menos), el fueloil (800.804), el carbón (653.820) y la alúmina (561.051). Los contenedores, por otro lado, experimentaron un nuevo aumento –276.797 toneladas frente a las 270.597 de 2022, es decir, un 2,3% más– pese a la desaceleración de esta área en el conjunto del sistema español.
Respecto a este balance, el presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Barea, señaló que los datos del mismo confirmaban la consolidación de los tráficos en la ría de Ferrol “a pesar de que el contexto general no está siendo fácil”. En este sentido, Barea opta por la “cautela” ante la ralentización del mercado por “la incertidumbre que se está viviendo a nivel internacional”. “Somos prudentes, aunque también optimistas por la evolución que están experimentando las operaciones en los puertos ferrolanos y que es fruto de un trabajo constante”, aseveró el mandatario del organismo portuario.