El único buque de la 31ª Escuadrilla de Escoltas que permanecía fuera de su base, la “Cristóbal Colón” (F-105), regresó este domingo al Arsenal tras un despliegue de casi cuatro meses en la Agrupación Naval Permanente de la OTAN número 2 –SNMG-2–. La llegada del buque comandado por el capitán de navío Juan Carlos Prada, se produjo apenas ocho días después de que el BAC “Cantabria” amarrase en su base tras compartir misión, la “Noble Shield”, con la unidad más moderna de la serie F-100.

Los nervios y la emoción volvieron a ser los protagonistas antes y durante el reencuentro de familiares y allegados con los 230 miembros de la dotación del buque. “Hablamos todos los días”, comentaba la madre de uno de ellos, “pero no es lo mismo. Lo hemos echado mucho de menos”.

Las escenas emotivas inundaron el muelle en el que amarró la fragata y al que, tras una breve alocución de Jesús Viñas, responsable de la 31ª Escuadrilla de Escoltas, bajó la tripulación para abrazarse y besarse con los suyos, con los que podrán pasar las fiestas.  

“Comprometida y leal”

“Estamos muy contentos de recibir a la ‘Cristóbal Colón’, que vuelve a casa por Navidad después de haber hecho una fantástica misión y demostrando el compromiso de la Armada y de España con la OTAN”, señaló Viñas antes de dar paso al comandante de la fragata, Juan Carlos Prada, que aseguró “tener la suerte” de contar con una dotación “absolutamente fantástica, de gente comprometida, joven y con ganas. Ha sido un placer poder mandar la dotación de la F-105”. 

El buque ha investigado “más de 2.800 contactos” en los 115 días

Sobre el despliegue, de 115 días en total, 21.000 millas navegadas y escalas en seis puertos –El Pireo, Souda, Catania, Tarento, Aksaz y Lisboa– de cuatro países –Grecia, Italia, Turquía y Portugal–, Prada precisó que “hemos investigado más de 2.800 contactos” y que ha sido “tranquilo, uno más dentro de una de las agrupaciones permanentes de la Alianza Atlántica en un espacio de interés en el que la presencia naval es un objetivo, como también lo son tener una fuerza permanentemente alistada y preparada para reaccionar ante cualquier tipo de eventualidad y, por supuesto, aumentar la postura de disuasión y defensa ante potenciales adversarios”, apuntó en referencia a Rusia. “Volvemos con la satisfacción del deber cumplido y con muchas ganas de estar en casa”, añadió el comandante de la unidad.

Durante estos casi cuatro meses de integración en la SNMG-2 en el marco de la operación “Noble Shield”, la F-105 ha estado desplegada con buques canadienses, griegos, turcos y franceses, aunque la colaboración con unidades de otras Marinas aliadas que tienen presencia en la zona se ha extendido también a Estados Unidos, Italia, Reino Unido o Alemania. 

Jesús Viñas: “En enero, otros dos buques vuelven a la operación”

El comandante de la 31ª Escuadrilla de Escoltas, que agrupa en Ferrol a las cinco fragatas de la serie F-100 y a los dos buques de aprovisionamiento en combate (BAC), Jesús Viñas, afirmó que esta semana se reunirá con los responsables de los siete buques para intercambiar impresiones sobre los últimos despliegues y sobre los siguientes, que se harán efectivos ya en enero. “Esto es una rueda”, explicó, “el ciclo es un proceso de dos años para las fragatas y de tres para los BAC y son siete ciclos que requieren de nuestro apoyo y un esfuerzo de preparación en cada uno de ellos, en formación de personal en nuestras escuelas y dentro de la propia Escuadrilla, y de adiestramiento para estar siempre al máximo nivel”. 

Viñas avanzó que en enero el BAC “Patiño” y la fragata “Álvaro de Bazán” (F-101) relevarán a los dos buques recién llegados en la misma operación de la OTAN, la “Noble Shield”, dentro de la segunda de sus agrupaciones permanentes, en la que, recordó, “llevamos casi 30 años de manera ininterrumpida”. Además, la “Blas de Lezo” participará en el grupo “Dédalo”, con la presencia del propio Viñas.