En un cortejo como el que discurre por la cuadrícula en la tarde de Viernes Santo, la urna del Santo Entierro y los pasos de la Virgen de Dolores y San Juan acaparan el protagonismo. Sin embargo, el cartel de la Semana Santa ferrolana de este 2025 ha apostado por un elemento que pasa más desapercibido en las calles, pero que supone para la hermandad de San Julián una de las piezas con mayor valor sentimental.
Se trata del crucifijo de la extinta Cofradía de las Benditas Ánimas del Purgatorio, la hermandad nacida en 1690 al abrigo de la antigua iglesia parroquial de San Julián, ubicada en Ferrol Vello hasta que su deterioro y las obras del foso del Arsenal le dieron la puntilla. Ellos encargaron la cruz al escultor Antonio Rico en el año 1780 para usarla en los entierros de sus integrantes.
Antonio Sixto se encargó el viernes, junto al presidente de la Junta de Cofradías y Hermandades, César Carreño, de descubrir el cartel y ofrecer algunos detalles sobre la historia de la desconocida cruz. El hermano mayor del Santo Entierro explica a este periódico que, si bien “no es que seamos herederos documentalmente” de la Cofradía de Ánimas, “sí somos los continuadores de la tradición”. No en vano, a ellos se les encomendó en el siglo XVIII realizar la función del Desenclavo y la procesión del Entierro que, ahora, lleva a cabo la hermandad de San Julián.
Recuerda Sixto que en 1994 se hizo una exposición con enseres religiosos y cofrades en Ferrol, comisariada por Pedro Javier González Rodríguez, y fue entonces cuando decidieron adecentar el crucifijo para incorporarlo a su cortejo y “darle valor”.
“Para nosotros tiene mucho significado. Primero, porque representa a los cofrades fallecidos que nos acompañan en procesión. Después, porque fuimos los que continuamos con la misión que cumplía la Cofradía de Ánimas en nuestra Semana Santa”, valora Antonio Sixto, añadiendo que “a la hora de decidir qué mostrar en el cartel, nos vino todo un poco rodado porque este año, al ser Jubilar, el crucifijo ha salido de su lugar habitual en la sacristía para presidir el altar”.
El Viernes Santo se usará como viene siendo habitual en los oficios, dentro de la ceremonia de adoración, y posteriormente les acompañará en la procesión siendo, esta vez, quizás más emotiva que nunca su presencia porque aparecer en el cartel de la Semana de Pasión ha visibilizado una pieza que, el propio Pedro Javier González califica como “muy digna”.
En todo caso, Sixto cree que “San Julián tiene mucho patrimonio” y aplaude la idea de disponer un museo, siempre que se le dé un espacio adecuado y con buen acceso porque, defiende, “somos la concatedral y no se nos da valor ninguno en comparación con la catedral de Mondoñedo”.