A una semana de que el grupo popular pase de ser oposición a gobierno y de que José Manuel Rey cuente ya con el bastón de mando, la agenda del futuro alcalde tiene que tener ya muchas páginas cubiertas. Su programa electoral, con su pegadizo “OPA!” fue recorriendo todas y cada una de las áreas municipales con las que Rey Varela se comprometió a actuar y por las que en este cuatrienio deberá rendir cuenta. Además, las promesas para los primeros cien días de gobierno también se fueron sucediendo en campaña, por lo que, como el propio alcalde electo señaló, será necesario trabajar desde el primer día.
Pero además de lo que traiga en su cartera el próximo regidor local, el saliente deja pendientes cuestiones que requieren de una solución bastante inmediata y otras que ya están en marcha y que precisan conclusión.
La mayoría absoluta de José Manuel Rey es favorable en el sentido de imprimir agilidad, ya que se garantiza no tener que llegar a acuerdos para sacar los temas o los proyectos adelante, pese a su idea y la de los que ahora forman parte de la oposición, de trabajar conjuntamente en lo que se ha dado en llamar “grandes temas de ciudad”.
Pese a la mayoría, el mandato no estará exento de discrepancias, como lo estuvieron los anteriores, especialmente debido a soluciones en las que distan mucho los populares y los demás grupos, como el desarrollo de la peatonalización de la ciudad, la política de movilidad y emplazamiento de los aparcamientos.
Los servicios sin contrato, que el PP llegó a contabilizar en este mandato hasta en 60, la conclusión de obras en marcha como las de la calle San Francisco, Iglesia o As Pías o iniciar el camino para el desarrollo del convenio con Defensa son tareas arduas que, además, requerirán de la aprobación del presupuesto.
Si el cuatrienio que está a punto de empezar se muestra especialmente ilusionante en algún aspecto, este es el desarrollo urbanístico que puede suponer el convenio con el Ministerio de Defensa que ya ha entrado en vigor. No será, sin embargo, una tarea inmediata sino que requerirá todavía de mucha tramitación. Lo primero sería redactar y licitar el proyecto de urbanización y diseñar paralelamente los contenidos concretos para ese espacio.
Si en algo fue insistente el grupo popular en la oposición fue en la cantidad de servicios sin contrato con que cuenta el Concello. El de parques y jardines y el de limpieza y recogida de basura son los más llamativos, aunque no los únicos. La solución a estos dos importantes contratos está ahora en manos del nuevo ejecutivo local. Además, el PP se compromete a retomar un plan de barrios para la renovación de viales, zonas verdes o parques cuidados.
Una de las cuestiones en las que ha hecho hincapié en campaña electoral el ya alcalde electo, José Manuel Rey, ha sido en la necesidad prioritaria de llevar a cabo una reorganización administrativa del Concello. La atención al ciudadano y la escasez de personal ha sido uno de los puntos flacos del ejecutivo saliente, que motivaron no solo quejas ciudadanas sino también del personal de distintas áreas. Rey se comprometió a “poner orden” en los primeros 100 días.
El presupuesto municipal, la herramienta en la que quedan priorizados los gastos e ingresos y en la que un ejecutivo local se basa para desarrollar su “proyecto de ciudad” es una asignatura pendiente en los mandatos sin mayorías absolutas. El de Ángel Mato se despidió con unas únicas cuentas aprobadas y José Manuel hará el suyo nada más entrar o al menos ese es su compromiso, un presupuesto por año, como base para planificar su mandato.
Imprimir velocidad a obras en marcha es una de las cuestiones a las que se comprometió el nuevo regidor una vez inicie su mandato. Ni un paso atrás. Por eso, actuaciones que se están realizando y que no están exentas de polémica como la calle de la Iglesia o la de San Francisco merecerán una atención especial por parte del ejecutivo entrante. Aun no ha comenzado un nuevo cuatrienio y las diferencias ya han sobrevolado los trabajos en marcha en Iglesia.
La obra de la avenida de As Pías no es del mandato anterior ni del predecesor. Figuró en presupuestos del Gobierno central en varias ocasiones y ahora ha sido posible con los fondos de Resiliencia. Aunque no es una actuación municipal, sí dependerá del nuevo gobierno su desarrollo y afectación a la ciudadanía. También qué se hará con la conexión con la carretera de Castilla, un proyecto que quedó sobre la mesa en el anterior mandato y del que el PSOE culpó a los populares.
El estado de las infraestructuras deportivas movilizó en este mandato que ahora concluye a clubes de la ciudad de diferentes disciplinas. Las críticas de la oposición también fueron severas y continuas a este respecto. Ahora es el turno de tomar las riendas desde el grupo popular. La Ciudad del deporte figuraba, con sus diferencias, en el programa socialista y también el popular. Habrá que ver cómo se plasma en estos cuatro años que vienen por delante.
Si algo ha suscitado diferencias entre el PP y los otros tres grupos de la corporación es la concepción de cómo gestionar la compatibilización de peatón y vehículo. En este mandato los populares criticaron por activa y por pasiva la eliminación de plazas de aparcamiento –Espartero, San Francisco, Iglesia..– y Rey Varela fue claro en campaña al comprometer 1.000 nuevas plazas de estacionamiento en diferentes barrios y parroquias, para que los vecinos puedan estacionar cerca de sus viviendas.