El conflicto entre percebeiros y bateeiros por las zonas de recolección de mejilla, la semilla del mejillón, continúa perfilándose como uno de los principales conflictos del sector en los litorales de A Coruña y Pontevedra –con especial incidencia en la costa ártabra–, así como una de las más delicadas coyunturas a las que se enfrenta la Consellería do Mar. La alta demanda del mencionado bivalvo, sumada a la baja producción en las bateas de los últimos años, no han hecho más que echar leña a un fuego que ha terminado desencadenando enfrentamientos más allá de las palabras.
Así, en medio de esta situación, durante la jornada de hoy se vivió un nuevo episodio en este conflicto en Ferrol, cuando un grupo de supuestos bateeiros fue descubierto por profesionales de la Cofradía de Pescadores y Mariscadores de la ciudad naval “esquilmando” una zona rocosa donde generalmente se capturan percebes. Tal y como relató Gustavo Chacartegui, patrón mayor del pósito, asociados de la entidad lo avisaron a primera hora de la mañana de la presencia de una lancha con seis personas en un área de extracción de los mencionados crustáceos.
“Llamé a la Xunta y a la Guardia Civil para comprobar si esa gente estaba incluso dentro de la legalidad”, apuntó Chacartegui, incidiendo en que a día de hoy la mejilla también se encuentra entre los objetivos de los furtivos. Asimismo, el patrón mayor subrayó que el número de personas en la embarcación era igualmente preocupante, dado que existen normas que limitan la cantidad de gente y el peso de las capturas por cada barco.
“Según los Gardacostas de la Xunta, que los localizaron, todo estaba más o menos en regla, pero también es verdad que los cogieron navegando, no trabajando”, apuntó el máximo responsable de la Cofradía, subrayando que los socios del pósito que los vieron aseguraban que estaban “como escapando” de la Guardia Civil. En cualquier caso, lo que sí se pudo comprobar es que una de las zonas donde fueron vistos sí sufrió los efectos de la extracción de mejilla, quedando las rocas completamente limpias.
A este respecto, fuentes de la Consellería do Mar consultadas por este diario corroboraron que los agentes del servicio de Gardacostas inspeccionaron una embarcación “que estaba a capturar mexilla nas inmediacións da ría de Ferrol”, aunque no en el interior, en una zona “autorizada para a práctica desta actividade”. Asimismo, desde la administración autonómica se incidió en que los bateeiros “tiñan todo en regra”.
Por su parte, Gustavo Chacartegui sentenció que “yo ya avisé a la Xunta de que los socios de la Cofradía de Ferrol van a defender sus recursos con todos los medios posibles. No vamos a dejar que vengan aquí a espoliar todos nuestros recursos y a reventar el percebe. En la situación en la que está el mar no podemos consentir eso”.
Profundizando en la raíz del problema, el patrón mayor de Ferrol señaló que todo deriva de que las grandes empresas del sector “ha encontrado un mercado para vender mejillón pequeño”. “Antiguamente una batea sacaba una campaña al año, es decir, dejaban crecer el bivalvo durante un año o año y pico” explicó Chacartegui, apuntando que se trataba de una especie buena porque tenía tiempo para “crecer y engordar”.
Sin embargo, como detalló el patrón mayor, en los últimos años comenzó a demandarse, al parecer especialmente desde Italia, un tipo de mejillón mucho más pequeño, al que denominó “lacasito”, lo que ha derivado en que de una se pasase a dos campañas. “No dejan que madure e imagínate que si antes necesitaban 100 toneladas, ahora tiene que ser el doble”, denuncia el responsable del pósito.
“Siempre hubo problema con la mejilla, lo que pasa es que antes había crías suficientes para cubrir esa necesidad, pues intentaban no ir a los sitios en los que tendrían follón”, aseveró Chacartegui. Lamentablemente, añade, “como esas zonas ya están arrasadas y no consiguen recuperarse, tienen que ir a más”, adelantando que, de continuar así, “va a llegar un punto en el que no tengan ellos ni la simiente”.