Los intentos de estafa mediante métodos no presenciales parecen haberse multiplicado en Galicia desde el estallido de la pandemia, hasta el punto de convertirse en una de las actividades delictivas más habituales en la Comunidad. A los métodos como el “phishing” o el “baiting”, de los que desde este diario se ha alertado extensivamente, parece haberse sumado una nueva modalidad, como ha señalado la Comisaría de Ferrol-Narón en las últimas horas.
Bajo el nombre de “ID Spoofing”, este tipo de engaños trata de refinar los métodos de suplantación de identidad telemáticos, usando en este caso mensajes de texto falsos y, sobretodo, llamadas telefónicas. Tal y como señaló la Policía Nacional, esta modalidad, que habrían sufrido varios vecinos de la ciudad naval, se basa principalmente en hacer creer a la víctima que está siendo contactada por su banco particular.
Lo que hace característica a esta forma de estafa es que los criminales logran trucar el identificador de llamada para que en el teléfono aparezca como “banco” o “entidad bancaria”, lo que da verosimilitud al embuste. Una vez establecida la comunicación, los ladrones se hacen pasar por un gestor o por personal de seguridad, “alertando” a la víctima de que se están haciendo cargos a su cuenta sin su autorización y que se necesitan determinados datos, como claves secreta o el código PIN, para bloquearlos.
A consecuencia, una vez obtenida la información sensible, los estafadores realizan pagos o transferencias de grandes cuantías “que oscilan entre los 500 y los 3.000 euros”, señala la Policía. Asimismo, desde las Fuerzas de Seguridad se incide en que los principales objetivos de este grupo son personas mayores.
Al igual que con las otras modalidades de estafas telemáticas de las que se han informado desde este diario, es imprescindible seguir una serie de recomendaciones para evitar ser víctima de estos criminales, especialmente en el caso de aquellas personas con menos conocimientos de internet y nuevas tecnologías.
La primera y más importante es que una entidad bancaria o empresa de suministro jamás solicitará esta clase de información por vía telefónica o correo electrónico. Si un operador pide esta clase de datos, aún con la excusa de verificarlos, siempre hay que desconfiar. Después, en caso de sospecha de un intento de estafa, tanto mediante un correo electrónico o una llamada, es fundamental contactar directamente con el banco, bien a través del teléfono oficial de atención al cliente o bien directamente en la oficina.
Por último, aun cuando un correo tenga aspecto de legítimo, nunca pinchar en los enlaces que incorpore y mucho menos rellenar los formularios de las páginas a las que redirige. Aunque no lo parezca, es muy sencillo clonar un dominio web para que parezca auténtico, así que, por prevención, lo mejor es ignorar esta clase de mensajes que instan a ir a una página y que solicitan datos personales y bancarios.