El cine español vivió el pasado sábado la noche más importante del año con la celebración de los Premios Goya en Valladolid, que encumbraron a La sociedad de la nieve, la película de Bayona que ha acaparado 12 estatuillas. Además del galardón que se llevó la ferrolana Chelo Loureiro por el Mejor Cortometraje de Animación, la cuota ferrolana se ha extendido también en la alfombra roja de la gala al ser la modista Ana Prados quien firmaba el vestido de la actriz María Vázquez.
Protagonista de Matria, finalmente no consiguió llevarse el Goya, al que optaba por segunda vez en su carrera después de que en 2007 fuese nominada a Mejor Actriz de Reparto por su trabajo en Matharis. Los nervios de la viguesa fueron también compartidos por Prados, que desde su atelier de Santiago de Compostela vivió la gala con "ilusión, nervios y hasta un poco de angustia", nos confiesa al otro lado del teléfono, recordando que es la tercera vez que Vázquez ha confiado en ella.
La primera ocasión en la que acudieron de la mano a un evento cinematográfico fue en septiembre de 2022, cuando María Vázquez fue al festival de San Sebastián para el estreno de la serie Apagón, de Movistar Plus+, en la que interpretaba a Alicia. "Le gustó un vestido de la editorial Terra a Nosa", explica Prados, sobre la colección que confeccionó y lanzó después en redes sociales con la colaboración del fotógrafo Daniel Santalla, la videógrafa Catu Martínez, la estilista Marina Allegue y el músico Fausto Escrigas, todos ellos ferrolanos también.
"Ella quería llevar un atuendo con esencia gallega y se pusieron en contacto conmigo, pero cuando la conocí me pareció superdivertida, sin afán de nada, muy humilde", valora Ana Prados, que trabajó la segunda vez con ella para el estreno de Matria en la Berlinale en febrero de 2023. "Fue entonces cuando me dijo que, si la nominaban a los Goya, la iba a vestir yo. Así que cuando salieron las nominaciones, me llamó ese mismo día y empecé a trabajar con ella como con una de mis novias", relata.
Es esta la tercera temporada nupcial de Ana Prados tras cinco años al frente de su negocio, repartido entre el atelier y la academia, donde ofrece todo tipo de formación; sin embargo, su firma se ha consolidado como una de las referencias para las novias de Galicia. De hecho, este pasado año llegó a confeccionar 24 vestidos nupciales y seis más de invitadas, y en este 2024 ya tiene encargos para la próxima temporada: "Si hago balance, estoy contenta, sobre todo porque cada vez me llegan más clientas del estilo que prefiero hacer y me dan mucha libertad".
Ese mismo proceso creativo es el que desarrolló con Vázquez, con la que conectó desde el principio: "Vestir a mujeres para estos eventos no es mi objetivo, pero ella es una fenómena y me siento muy identificada con lo que defiende, con las cosas por las que lucha, así que la conexión ha sido muy guay", apunta. El reto era ser coherente con su forma de vestir, preservar la esencia gallega, que fuese sencillo y a la vez cómodo: "No era un vestido para los Goya, sino un vestido para María Vázquez en los Goya", precisa Prados.
Aunque la iluminación de la alfombra roja no fue la más idónea para poder apreciar todos los detalles del vestido de Vázquez, "ella quedó encantada y yo muy contenta". "Tenía una tela de seda antigua, toda bordada, que estaba guardando para un vestido especial y, la verdad, es como si estuviese para ella", dice Prados, precisando que llevaba además pedrería "y una falda tubo con volúmenes a los lados". Completó su outfit con pendientes de Alma Diversa Joyería, y calzado y bolso de Eferro, otros dos referentes del diseño gallego.
"Cuando me dijo que iba a llevar zuecos de Elena Ferro, no me imaginaba cómo de bien iba a adaptar el concepto para la alfombra roja, pero me encantaron", aprecia Ana Prados, que valora mucho la visibilidad que trabajos como este suponen para su carrera: "Al final, ves tu nombre en revistas y es otra forma de conseguir reconocimiento", dice la ferrolana, que mantiene los pies en la tierra y la cabeza centrada en sus novias, con las que trabaja en sintonía, codo a codo, para que en uno de los días más importantes de sus vidas sientan que llevan el vestido con el que más se identifican.