El futuro del que sirvió de acuartelamiento para el Ejército hasta el año 2002 —en activo desde 1884— también salió a relucir en la intervención que el alcalde, José Manuel Rey Varela, hizo este sábado en el marco de la "auditoría" que el gobierno local planteó ante personas y entidades al cumplirse el primer año de mandato. Recordó el regidor que son “90.000 metros cuadrados de espacio en el corazón de la ciudad”.
Con cierta retranca, se refirió a este como un proyecto del que “llevamos hablando en el Ayuntamiento desde hace 20 o 30 años”, aplaudiendo que por fin se vea la luz al final del túnel después de desbloquearse el convenio con el Ministerio de Defensa el pasado año y licitarse recientemente el proyecto para renovar el lugar.
“Derribaremos todos estos muros, estas ruinas, e integraremos el espacio en la ciudad, comunicándolo con todos los barrios de alrededor”, recordó, valorando que en “estos cuatro años va a ser como un barrio más de nuestra ciudad, con zonas verdes, espacios dotacionales, nuevas viviendas y nuevos aparcamientos”.
Otro de los objetivos que se conseguirá con el ambicioso proyecto es que cambie por completo la imagen que da la bienvenida a la ciudad a aquellos que entran en Ferrol por la carretera de Catabois y desde hace años se encuentran con un recinto en declive que sucumbió a la maleza, la caída de cascotes y el vandalismo en poco más de dos décadas desde que se celebró entre sus muros la última ceremonia de despedida al Regimiento de Artillería Antiaérea número 76 que tenía en él su base desde los ochenta.
No evitó esta vez Rey Varela ofrecer plazos aproximados y datar el inicio de la ansiada transformación, anticipando que comenzarán los trabajos “a finales de segundo año de mandato y principios del tercero” lo que, traducido a un tiempo concreto, sitúa la fecha en el verano del próximo año 2025. “La idea es que estén prácticamente finalizadas las obras en 2027”, ha aseverado en declaraciones a este periódico.
Que la maquinaria entre en el Sánchez Aguilera dentro de un año y solo dos anualidades más tarde se pueda ver perfilado ese nuevo barrio podría sonar a un exceso de optimismo por parte del gobierno municipal, pero el alcalde confía en una metodología de trabajo que les está permitiendo “cumplir plazos”, asegura. De hecho, reitera que esta “autoexigencia” realmente es la que les están imponiendo “los ferrolanos, con los que nos hemos comprometido a cumplir estos cuatro años”.