El palacio municipal de Ferrol acogió ayer la que podría ser la sesión plenaria más importante, pero también polémica, de todo el ejercicio. Un debate centrado en la aprobación de los presupuestos del presente ejercicio, además de abordarse la subida de las tasas del suministro de agua potable, del saneamiento y el tratamiento y recogida de residuos sólidos urbanos.
Así, la jornada, que comenzó con un ligero retraso, arrancó con la intervención de la responsable del área de Facenda, Susana Sanjurjo. La edil señaló que dos grupos presentaron enmiendas a las cuentas ferrolanas: Ferrol en Común (FeC) y el BNG. En el primer caso, el gobierno local aceptó tres puntos de una de las 18 propuestas planteadas, mientras que del segundo no se pudieron considerar, al ser entregadas ayer mismo a las dos de la tarde. Seguidamente, Sanjurjo defendió la actuación del grupo de gobierno, incidiendo en que son los segundos presupuestos del mandato frente a anteriores alcaldes, que solo aprobaron unos por cada ciclo electoral.
Asimismo, la edil señaló que las presentes son las cuentas más altas del Consistorio, con un incremento del 17% respecto a las anteriores –ascienden a 92 millones de euros, de los cuales 21,4 se destinarán a inversiones y una buena parte irán al convenio de Defensa y los proyectos “Abrir Ferrol al Mar” y “Cidade do Deporte”–, que buscan, además, solucionar “a difícil situación económica de Emafesa”, con deudas acumuladas de 6,6 millones de euros, o más fondos destinados a la contratación de personal.
Tras esta exposición inicial, comenzó una ronda de réplicas en la que el resto de grupos municipales expresaron con contundencia su rechazo a las cuentas. El primero en tomar la palabra fue el portavoz de Ferrol en Común, Jorge Suárez, que criticó que tan solo se aceptasen los mencionados tres puntos –la rehabilitación de la casa de Carvalho Calero y del Antiguo Hospicio y el arreglo de las aceras de la calle Pazos–, que contarían con un presupuesto de 200.000 euros –detraídos de la compra de terrenos y edificios–, lo que considera únicamente simbólico. De igual modo, el antiguo regidor censuró “o fondo e a forma” de la presentación de estos presupuestos, dado que se anunciaron a finales de Semana Santa y se señaló que se iban a abordar en la comisión de Facienda “cinco minutos antes” de la sesión.
Por su parte, el portavoz del BNG, Iván Rivas, se mostró especialmente crítico con el proceder del gobierno local, lamentando que se ignorase su petición de retrasar este debate municipal para negociar los presupuestos. Asimismo, Rivas aseguró que este documento venía “con sorpresa”, que “favorece ás maiorías privilexiadas” y que demuestran “a mala xestión” que se está haciendo desde el grupo popular. En este sentido, el nacionalista cargó contra la propuesta de subida de la tasa del agua –recordando que su incremento no se refleja en las cuentas–; contra el hecho de que la contratación de personal anunciada sea o bien por la regularización de la carrera profesional o para emplear nuevos asesores –recordando que, a día de hoy, las vacantes en el Concello alcanzan el 48%–; además de sumarse a las críticas por la privatización. Iván Rivas, de igual forma, censuró que sigan sin cobrarse tributos por sus actividades o por el espacio ocupado por la Armada, la Autoridad Portuaria, y de Emafesa o Urbaser, y que sin embargo se aumente la carga impositiva para los vecinos.
El último en tomar la palabra en esta ronda fue el portavoz socialista, Ángel Mato, que incidió en lo irónico de que el gobierno local se posicione contra las sanciones mientras por otra parte se incrementen las tasas. El antiguo regidor fue especialmente crítico con la relación del Concello y la Xunta, aseverando que la segunda “gobernaba para os da súa cor” y que todos los proyectos anunciados este mandato con ayuda autonómica llevaban años siendo demandados por los vecinos, pero que hasta ahora nunca obtuvieron respuesta.
Tras una ronda de réplicas en la que todos los grupos reiteraron sus posicionamientos –el gobierno local se centró en los grandes proyectos, aseverando que ya se encuentran en fase de redacción para poder licitarlos lo antes posible, mientras que la oposición lo acusó de mala planificación, de privatizar los servicios y de incrementar la presión fiscal de las mayorías sociales–, se procedió a la votación de las cuentas de forma fraccionada, primero las enmiendas y luego el texto final del gobierno local.
De este modo, las propuestas 1 a 17 de Ferrol en Común fueron rechazadas, así como todas las del BNG –que se abordaron de forma independiente de la 1 a la 6 y en conjunto las 33 restantes–, mientras que los tres puntos contemplados en la enmienda 18 de FeC se aprobaron con los votos a favor de toda la corporación salvo los tres de los nacionalistas. En cuanto al documento presupuestario, salió adelante con el apoyo del grupo de gobierno y el rechazo de toda la oposición.
El segundo punto de la sesión fue una modificación de crédito de 805.378 euros para el abono de horas extraordinarias del personal municipal. A este respecto, Susana Sanjurjo defendió que el grupo de gobierno estaba haciendo un “esforzo” para que los funcionarios pudiesen cobrar seis meses antes, poniendo en valor el trabajo adicional de los mismos ante la falta de personal.
Si bien este apartado salió adelante con el apoyo de la mayoría del pleno –todos votaron a favor salvo el BNG, que se abstuvo–, los grupos de la oposición criticaron duramente la elección de palabras de Sanjurjo, censurando que el esfuerzo lo hacían los trabajadores y que en lugar de abonar horas extraordinarias debería aumentar la contratación.
El último punto del debate, el incremento en las tasas de consumo y depuración, fue el que más caldeó el ambiente en la sala, hasta el punto de que los ediles superaron en varias ocasiones la limitación en el tiempo de intervención.
La responsable de Facenda justificó la decisión por la “grave situación económica nos últimos dez anos” de Emafesa, que desencadenó en una deuda de 6,6 millones de euros. Del mismo modo, Susana Sanjurjo aseveró que la subida sería “mínima” para la mayor parte de la ciudadanía, que se pasaría a diez tramos el servicio para ajustar mejor los precios y que se establecerían bonificaciones para las personas en riesgo de exclusión.
La oposición, por su parte, se mostró especialmente crítica con la concejala, coincidiendo todos los grupos en que el Partido Popular, cuando no estaba en el poder, votó en dos ocasiones en contra de las cuentas de la empresa mixta y en que estaba presentando tal cual el informe de la empresa sin ninguna clase de auditoría externa. De un modo particular, el BNG cargó contra el gobierno local por no “preguntarse” de dónde viene la mala gestión de la compañía y, en lugar de actuar en consecuencia, “lava as mans” y acepta sus cuentas. Mientras, el socialista Rafael Fernández enumeró los incrementos en los diferentes conceptos, acusando a Sanjurjo de no ofrecer datos claros.
Tras una réplica de la concejala, que acusó a todos los grupos de no leer la documentación y de ignorar los problemas de la empresa durante los últimos años, se procedió a la votación. Así, la modificación salió adelante con los votos a favor del gobierno municipal.