La normativa para ciudades de más de 50.000 habitantes por la que deberán establecerse Zonas de Bajas Emisiones –ZBE– en las que el acceso de determinados vehículos está restringido y controlado entró en vigor el pasado 1 de enero. Sin embargo, pocas son las ciudades que ya han completado todo el proceso, aunque la mayoría sí han dado pasos en este sentido, determinando ya las zonas de la ciudad que limitarán accesos o desarrollando planes de movilidad en la línea de las nuevas directrices.

En el caso de Ferrol, la cosa va más que lenta. El Concello asegura que “no hay nada aún”;  la medida a implantar “se está estudiando” y, aun cuando hace ya tiempo que se determinó que la entrada en vigor de la ZBE sería el 1 de enero de 2023, desde la administración local se escudan en que el decreto fue publicado todavía a finales del pasado mes de diciembre.

Por el contrario, las demás ciudades han informado ya de algunos de los pasos, más implantados o menos, que se están dando.

Ourense ha decidido ya cuál es el perímetro de calles en la que se establecerá la ZBE, pero no ha avanzado en su desarrollo, por lo que actualmente no hay ningún tipo de restricción a la circulación rodada.

En Lugo, la Zona de Bajas Emisiones será el recinto amurallado y se trabaja también en la modificación de la ordenanza municipal de circulación, que afectará a toda la ciudad, mientras que en  Vigo hay previstas cuatro ZBE pero todavía no se ha aplicado.

En Santiago, será ZBE el casco histórico, donde habrá control de acceso de vehículos, en aparcamientos,  y paneles informativos. La otra zona sería el Restollal, más a largo plazo. Las iniciativas todavía están en proyecto.

Las más avanzadas son A Coruña y Pontevedra. La primera no amplía nuevas zonas de restricciones de tráfico, aprovechando ya espacios peatonales y limitando la circulación como ZBE, como ya estaba, en la Marina y en la ciudad vieja. Ya tiene la nueva señalización en funcionamiento.

En Pontevedra, ya existe desde octubre una declaración de zona de tráfico reducido en todo el ámbito urbano y no tendrá que tomar ninguna medida excepcional porque ya cumple con los parámetros ambientales de la UE.

Trámites

La implantación de Zonas de Bajas Emisiones tiene por tanto todavía un largo recorrido durante este 2023. Habrá que instalar señales de los vehículos que tendrán acceso a determinadas zonas e incluso los coches deberán contar con el distintivo correspondiente, una cuestión que ya está suscitando numerosas consultas en talleres de la zona.

La lenta implantación libera al ciudadano, por ahora, de tomar esa medida.